lunes, abril 7, 2025
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¿Entre Sodoma y Pilatos?

Por Alfonso de la Vega

El secretario general y portavoz de la Conferencia Episcopal Española (CEE), César García Magán, ha asegurado el pasado viernes en la rueda de prensa posterior a su Asamblea Plenaria que los obispos españoles han respaldado de forma “total y unánime, sin ninguna voz discrepante” el proceso de diálogo que ha llevado a cabo la Iglesia con el Gobierno para la resignificación del Valle de los Caídos. Don César, un nombre muy oportuno desde el punto de vista evangélico, ha aseverado que “Ha habido un refrendo total y unánime, sin ninguna voz discrepante a la tarea que se ha hecho hasta ahora, el camino, en plena comunicación con la Santa Sede, y a la acción que ha llevado adelante en un primer momento el presidente de la Conferencia Episcopal Española, con el vicepresidente y, actualmente, el cardenal arzobispo de Madrid, José Cobo, y el nuncio.”

También ha asegurado que en ese proceso también “los monjes han participado” y el cardenal Cobo “se ha entrevistado varias veces y con cierta frecuencia” con ellos. García Magán se congratula que gracias al diálogo de la Iglesia con el Gobierno el acuerdo contempla que se mantenga el culto en la basílica, la comunidad benedictina y la cruz. Menos mal, ¡estamos salvados gracias a sus ilustrísimas!

Una primera claudicación está en el lenguaje cuando en la jerga falsaria «reasignar» significa «humillar» y «profanar». Pero luego su lenguaje gestual también cambió. El señor obispo entrenaba alambicada sonrisa plena de resabios de protocolo contra las ingenuas ideas del asombrado pueblo de Dios, perplejo ante lo que decía con tal flema burlona y devota cadencia, ademanes de seráfica madre que sonreía con almíbar de santa que coquetea. Monseñor alargaba los rincones de la boca, sinuosa de disimulos, hasta que en un momento dado cruzó los brazos y se puso a la defensiva.

En efecto, a la pregunta formulada por una valiente periodista sobre «si había habido algún tipo de intercambio y sobre todo de garantías por un gobierno que se ha dedicado a la persecución religiosa desde sus orígenes», el acomplejado obispo explicó las intenciones y maniobras del «gobierno de España», blanqueando su verdadera condición diabólica como si su interés fuera lo más normal o natural del mundo y lo más necesario o imprescindible para el progreso de la nación. Así los trapicheos del falsario durante su visita al Vaticano junto con el correligionario Bergoglio y su no menos siniestra mano derecha, el conspirador y felón cardenal Parolín. El lenguaje corporal de don César mostraba incomodidad y temor a que quedase claro y palpable que en realidad el fluido cardenal Cobo habría hecho todo un lamentable papelón ya que habría cedido en lo principal sin obtener ninguna garantía recíproca por parte del gobierno satánico de Su Majestad. En efecto, cabe maliciarse teniendo en cuenta los antecedentes que la cosa no estaría nada clara, y más parece una rendición en toda regla dada la cobardía y falta de coherencia intelectual y moral de unos junto a la demostrada capacidad para la mentira y el mal del gobierno de otros. Según afirma, no sé si por incomprensible ingenuidad o por confundir mejor a los fieles, más que un acuerdo definitivo solo existen unas simples “notas intercambiadas”.

De modo que, ojalá no fuese así, la traición estaría consumada con el visto bueno del convaleciente Bergoglio, un declarado enemigo de España y de la Hispanidad, que o no se opone o se lava las manos como Pilatos. Pero la cosa no habría terminado todavía ya se han producido fuertes protestas de fieles indignados por la felonía ante el cardenal Cobo y la propia sede episcopal.

Ahora bien, la entrega a las huestes satánicas de la basílica bendecida por el Papa Juan XXIII en 1960 recuerda un conocido relato bíblico: la historia de Lot y Sodoma.  Cuando los sodomitas le exigieron a Lot que les entregase a los enviados celestiales, se negó y pidió clemencia ante el castigo divino si era capaz de encontrar diez hombres justos en la ciudad maldita. Pero no pudo ser, la Biblia afirma que el pobre Lot no encontró ni uno. De creer al heroico García Magán tampoco habría habido ningún obispo que se opusiera a la desacralización y probablemente futura profanación del recinto sagrado. A estas alturas que todo un pastor de ovejas indefensas quiera fiarse de las palabras de un mensajero de un reputado mentiroso falsario representa un rasgo más de complicidad que de ingenuidad más propia de la novicia Viridiana ¡Qué razón tenía el perro sabio cervantino del Coloquio cuando supo comprobar que los auténticos lobos son los pastores!

Pero fuentes sin confirmar, aunque lamentablemente verosímiles visto lo visto, indican que habría otra letra pequeña oculta en el contubernio. Se habrían valorado otras cuestiones menos presentables en el chalaneo episco- gubernamental. Así, la entrega del Valle al brazo secular se cambiaría por el que se pusiera sordina a las acusaciones de abusos sexuales o pederastia presuntamente ocultadas por los obispos así como por el mantenimiento de ciertos privilegios fiscales para la Iglesia Católica. En el reino de España ya cualquier cosa es posible por increíble que parezca.

De modo más bien insólito, en medio del ignominioso silencio de las instituciones españolas y vaticanas que debieran oponerse al desafuero, el embajador español ha recibido una carta de protesta y solidaridad con la condición sagrada del recinto desde…¡Rumania! Dice así:

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“25 de marzo de 2025

Bucarest, Fiesta de la Anunciación

Su Excelencia, Sr. José Antonio Hernández Pérez-Solorzano,

Recientemente nos hemos enterado de que Santiago Cantera, Prior de la Abadía de la Santa Cruz en el Valle de los Caídos, ha sido relevado de sus deberes por el Abad de Solesmes, Geoffroy Kemlin, al vencimiento de su mandato. Durante el nombramiento de Alfredo Maroto como sucesor que sigue la Regla de San Benito, el contexto lo deja claro: esto es parte de una campaña más amplia de desacralización, coincidiendo con la “redefinición” ideológica del gobierno español del Valle, ahora rebautizado como Cuelgamuros, bajo la Ley de la Memoria Democrática.
No nos engañemos. Esto no es limpieza administrativa. Es un acto político, parte de una revolución cultural diseñada para borrar la memoria cristiana de Europa. Los monjes benedictinos, hombres de paz y oración, ahora se enfrentan a la presión para abandonar la Abadía por completo a finales de 2025.
Este es un lugar de profundo significado personal. El Valle es un espacio sagrado, consagrado a la reconciliación y al recuerdo. Desplazar a los monjes no es solo interrumpir una tradición de adoración.
Como Presidente de la Comisión de Cultura del Parlamento Rumano, insto a la Santa Sede y a todas las personas de buena voluntad a resistir esta descristianización del espacio público, finamente calificada como progreso. La basílica no debe ser desacralizada. Los monjes no deben ser expulsados. Y Europa no debe olvidar quién es ella.

Fielmente,
Dr. Mihail Neamtu
Presidente, Comité de Cultura
Cámara de Diputados
Parlamento Rumano” 

Ignoro si el prudentísimo señor García Magán y demás heroicos compañeros mártires se atreverán a desmentir el contenido de esta carta escrita por gentes que han padecido el comunismo y no se fían o qué y qué harían si lo denunciado al final sucediese.

 

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