El kit de urgencia que desde aquí les propongo no es para 72 horas, tampoco tiene razones tan improbables como que caiga una tormenta, nos lancen un misil nuclear, o que haya una plandemia tan mal planificada como el covid en sus grandes mentiras. La propuesta de Von der Leyen, aparte de causar risa por lo desesperada que está esta señora, por llamarla respetuosamente, lo cual ni merece vistos sus antecedentes de delincuente soterrada como las ratas que recorren nuestras calles por debajo, es una auténtica tomadura de pelo, pues el peligro es ella y su equipo de subnormales y descerebrados. ¿Desde cuándo 72 horas nos pueden salvar la vida? ¿Tres días para que los ciudadanos europeos meditemos sobre el amor que nos tienen rezando a Buda o mejor a Allá, que está más de moda? No, rotundamente no, ese kit, que es el kit de la estulticia, es el signo de la poca vergüenza, cara dura, escaso respeto a la ciudadanía y al hecho de que nos tratan como retrasados mentales, y eso quien se crea así, porque, desde luego ni yo ni muchos de nosotros en absoluto. Así que sean ellos los que se compren su kit con latas de insectos para huir de la furia y el odio de inspiran entre sus gobernados, pero, por favor, que no salgan de sus escondites ni para tomar aire.
Lo primero que hay que meter en el kid es una gran dosis de desobediencia. Si hay una directiva que obliga a algo muy absurdo, simplemente se la ignora, si el gobierno nos obliga a una de sus clásicas chorradas, ni caso, a seguir con nuestras vidas como si no existieran; después de todo, nos le importamos un pimiento del piquillo y no se merecen que ni los consideremos en lo más mínimo. ¿Quién se cree que es esta bruja para que la escuchemos o la veamos en la televisión? A la menor aparición, apagamos la caja tonta para que no tengamos pesadillas y, de paso, cuidamos la sensible mente de nuestros hijos para que no vean demonios ni películas de terror.
Lo segundo es la ignorancia absoluta. Encontrada la paz interior y la armonía, que nada nos entretenga de lo que nos hace felices, centrándonos en las personas que amamos y que nos aman, que pueden ser muchas y que nos pueden ayudar más que muchos políticos que parecen salidos de un manicomio porque no había ya espacio para que se quedaran. Logrado este objetivo, se trata de llevar un estilo de vida sano y acorde con nuestras necesidades reales y nos las que nos quieren hacer creer unos facinerosos que merecen estar en prisión. Mucha meditación profunda, evitar el ruido que no nos dice nada en absoluta y que nos confunde para que acabemos tan mareados que caemos en sus trampas malditas, como las de las ratas que creen que somos cuando ellos son alimañas mucho peores.
Lo tercero es la respuesta certeza, ya sea un no rotundo en el caso de que nos tengan ya hasta las narices, incluso mandándolos al carajo si fuera necesario, o con nuestra verdad siempre consciente y bien protegida, la cual no debemos contar, pues allí reside nuestro plan para que ocupen el lugar que les pertenece en nuestras vidas. Dada la torpeza de estos seres, de nada sirve explicarles nuestros argumentos, pues ya sabemos que sus cerebros funcionan de acuerdo con el mecanismo de los auténticos zombis, siempre hacia adelante en busca de su presa, aunque acaben devorados entre ellos, o mejor aún, cayendo en un precipicio que ni tan siquiera pueden ver sus ciegas mentes carcomidas y llenas de moho.
Lo cuarto es la solidaridad. Allí donde haya alguien que puede recibir nuestra ayuda, allí estamos para auxiliarlo, porque si somos muchos los que lo hacemos ellos harán lo mismo con nosotros. El amor incondicional tiene esas cosas que a esta gentuza les incomoda, se da a cambio de nada y se recibe mucha más de lo que se da, a pesar de que no impera ningún egoísmo, algo que para sus mentes podridas no tienen ni sentido ni común ni les resulta comprensible, en sus perspectivas más cerradas que las de una cucaracha en nuestra cocina buscando alimento a las tres de la mañana mientras plácidamente dormimos. Les guía el hambre y la desesperación, a pesar de no tener razones ni para una cosa ni para la otra, más, parece que es tal el grado de alienación y ausencia de norte que presentan, que siempre buscan una víctima, usted o yo o el vecino, da igual.
En quinto lugar, mucha confianza en uno mismo. Cualquier acción que realicemos tiene un propósito en el que puede participar cualquier de los otros. Los objetivos no persiguen ventajas personales en una actitud competitiva, no, sino que tienen como esencia la mejora de la calidad de vida de muchas personas, de nosotros, de los que nos rodean y de los rodean a éstos, de modo que el efecto multiplicador puede ser infinito. Esa seguridad nos lleva a asumir riesgos y saber que en el caso de que haya algún peligro, ni sus mentiras, ni sus amenazas, ni sus coacciones, ni sus cantos de sirenas nos van encantar bajo el hecho demoníaco de sus rituales, antes de lanzarnos sus sortilegios de magia negra. La luz es siempre más fuerte que la oscuridad y se trata justamente de que nuestra luz los deje tan ciegos que huyan despavoridos hacia sus escondites.
Finalmente, en sexto lugar, y lo más importante, desarrollar un estilo de vida sano a nivel mental y emocional, rodearnos de personas de alta vibración y retroalimentarnos unos a otros, de manera que siempre haya alguien que pueda dar esa fuerza cuando sentimos que nos empiezan a faltar, sin presencia de líder ni de nadie que consideremos inútil para ese propósito.
Vemos como ese kit de supervivencia es para toda nuestra vida, no ocupa lugar, no requiere comprar nada, ni dinero ni torturarnos, pero sí mucha conciencia de nosotros mismos y llenarlo de manera que siempre esté lleno de esos seis elementos infalibles.
Si logramos hacerlo, le que tendrán que tener ellos es vivir bajo tierra como los espíritus condenados al infierno, bajo siete llaves y sin ver más la luz del sol. No hay nadie más cobarde que estos seres del inframundo.
El kit llegó tarde para las víctimas de la riada,convertidos en mártires.
Se siguen burlando de todos,en la TV dicen que el kit es un mechero y una caja de cerillas.A todos les parece divertido que hubiese gente,dos días encerrados cubiertos de barro,sin agua ni alimentos y en estado de shock.
Como lo de las mascarilla no funciona,ahora son kits.
Mientras periodistas estúpidos,ayudan más bien poco,en informar a la gente,de lo que es un verdadero kit o un Set,o un simple botiquín.
Ahora llega el buenismo!.