Este domingo la Marcha ‘Sí a la Vida’ ha logrado reunir a más de 40.000 asistentes en las calles de Madrid, según las estimaciones de los organizadores. Convocada por más de 500 plataformas y asociaciones bajo el paraguas de la Plataforma ‘Sí a la Vida’, esta movilización se ha celebrado con motivo del Día Internacional de la Vida, que se conmemora cada 25 de marzo, y ha superado todas las expectativas de participación.
La marcha recorrió el centro de la capital española, desde la calle Serrano hasta la Plaza de Cibeles, tiñendo las calles de verde esperanza, el color distintivo de esta causa. Los participantes, entre los que destacaron familias con niños, muchos jóvenes y representantes de diversas organizaciones, portaron pancartas y globos con mensajes como «Sí a la Vida», «Yo soy la Generación Pro-vida», «La vida vale desde su inicio hasta su fin natural» o «Viva la madre que nos parió», reafirmando su compromiso con la defensa de la vida desde la concepción hasta su fin natural.
La jornada estuvo cargada de simbolismo y emoción. Uno de los momentos más destacados fue el minuto de silencio en memoria de los no nacidos, seguido por la suelta de miles de globos verdes que llenaron el cielo madrileño, un gesto que los asistentes describieron como un símbolo de esperanza. Además, se escucharon testimonios conmovedores, como el de madres que han encontrado apoyo para continuar sus embarazos y familias que han defendido la vida frente a situaciones adversas.
Aunque fuentes de Interior estimaron una asistencia significativamente menor, los organizadores insistieron en que la afluencia alcanzó las 40.000 participantes, destacando la notable presencia juvenil y el ambiente festivo que caracterizó la marcha. «Ha sido un éxito absoluto, una demostración de que la sociedad sigue comprometida con la vida», afirmó un portavoz de la Plataforma ‘Sí a la Vida’.
En el último año, según los datos más recientes del Registro Estatal de Interrupciones Voluntarias del Embarazo, publicados por el Ministerio de Sanidad en septiembre de 2024 y correspondientes a 2023, se registraron 103.097 abortos en España. Esta cifra, que marca el número más alto de la última década, fue uno de los temas que resonaron en los discursos de la marcha, donde se llamó a promover una cultura de apoyo a las mujeres en situación de vulnerabilidad y a resaltar la dignidad inherente a cada ser humano.
Sin embargo, a diferencia de las manifestaciones del 8 de marzo por el Día Internacional de la Mujer, que suelen copar titulares y recibir una amplia cobertura mediática, la Marcha ‘Sí a la Vida’ ha pasado prácticamente desapercibida en los grandes medios de comunicación. Esta escasa atención ha sido criticada por muchos que consideran que el silencio de la prensa refleja un sesgo en la narrativa pública sobre temas relacionados con la vida y la familia.
La manifestación no solo tuvo como objetivo rechazar el aborto, sino también abogar por alternativas que fortalezcan la vida y la familia. Con este evento, el movimiento ‘Sí a la Vida’ consolida su relevancia en España, prometiendo regresar en 2026 con la misma energía y determinación.
Nos alegramos mucho,viva la vida!.Dejará Irene Montero de recibir fondos de Planet Parenthout?
Mientras en Europa siguen con la cultura de la muerte.
Carlos María Vigano:
La Unión Europea es una entidad diseñada para arrebatar la soberanía a las naciones individuales, absorbiéndolas en un superestado tecnocrático totalmente subordinado a los intereses de una oligarquía financiera muy pequeña, subversiva y criminal. Los principios que la inspiran, sus objetivos y los medios que pretende emplear son antitéticos [directamente opuestos] a nuestra identidad, nuestra civilización y nuestra religión.
El Presidente Putin y el Presidente Trump deben ser claros sobre la amenaza que representa el globalismo belicista de la Unión Europea, en el que emergen cada vez más rasgos de una dictadura contra sus propios ciudadanos. E incluso si la cuestión ucraniana parece cercana a una solución gracias a las conversaciones entre Moscú y Washington, es imperativo expulsar del escenario político internacional a quienes, como Macron, Starmer y Carney, pero también von der Lyen y Draghi – se creen envestidos de un papel que nadie les reconoce. Cuanto más surjan los escándalos y conflictos de intereses de estos cortesanos de la élite globalista —que la censura del régimen ya no puede ocultar—, más marginal será su acción y más vergonzosa su presencia.
Un futuro de paz y concordia entre los pueblos solo es posible cuando los subversivos que han conspirado contra ellas durante décadas rindan cuentas ante la opinión pública por sus traiciones, crímenes y mentiras.