lunes, marzo 3, 2025
InicioOpiniónColaboradoresEl nuevo nazismo alemán

El nuevo nazismo alemán

La victoria de Merz y su partido, el CDU, no puede suponer una peor noticia para Alemania. Según crónicaseguridad.com, “Alemania viene estando confrontada desde hace años con el problema de las actividades delictivas cometidas por determinados clanes familiares de origen árabe. Si bien el tráfico de drogas acapara buena parte de dichas actividades, existen otros ámbitos igual de importantes como son los delitos violentos, así como conductas intimidatorias frente a los órganos estatales en general y la población alemana en particular.” “Las autoridades policiales y gubernativas han venido constatando en los últimos años de forma creciente cómo miembros de distintos clanes familiares de origen turco y árabe intimidan a la población a través de conductas agresivas”. “Por otro lado, la persecución policial y condena judicial de los miembros de estos clanes familiares se ve dificultada por la siguiente circunstancia: La mayoría de estos clanes han creado una subcultura, una especie de sociedad paralela, con un ordenamiento jurídico propio y unos valores internos. Estas familias viven aisladas, física y socialmente, siendo por tanto prácticamente imposible la influencia exterior. Los miembros de estos clanes miran al Estado alemán con absoluta burla y desprecio, mofándose de la policía y la justicia al considerarlas demasiado blandas”. Los grupos a los que aquí se está haciendo referencia son a menudo denominados como «clanes libaneses». Sin embargo, ello no es del todo correcto ya que la composición etnográfica es más bien de carácter heterogéneo; encontrándose también clanes formados por sujetos procedentes de Palestina, Siria o incluso Turquía. “. 

Más claro el agua a la hora de responder si existe alguna relación entre el incremento de la criminalidad en Alemania y la llegada de población extranjera, sobre todo de los países árabes. Como muy bien explica, estos grupos, que no se adaptan a la cultura alemana, es más, ni les interesa y se ríen de ella y de sus gobiernos, viven en comunidades donde aplican la ley de sharía y donde la policía no puede ni entrar. Además, la ley es tan laxa para ellos y tan dura para los alemanes de toda la vida, tal como veremos después con todo tipo de detalles, que tienen carta blanca para delinquir, con el pretexto de ser considerados vulnerables, frente a los nacionales que disfrutan de vivir en una nación que, supuestamente, dicen es del primer mundo (nada menos que la locomotora de Europa), cuando, actualmente tiene niveles de inseguridad propios de repúblicas del tercer mundo. No nos engañemos. Mientras en España, según las estadísticas, ya hay más extranjeros en las cárceles que españoles, según el ministerio de justicia alemán, destacan que en Berlín o Hamburgo más del 50 por ciento son extranjeros, El aumento por regiones es el siguiente: del 55% al 61% en Hamburgo; del 43% al 51% en Berlín; del 44% al 48% en Baden-Wurtemberg; del 35% al 41% en Bremen; del 33% al 36% en Renania del Norte-Westfalia; del 28% al 34% en Schleswig-Holstein; del 29% al 33% en la Baja Sajonia; del 26% al 30% en Renania-Palatinado; y del 24% al 27% en Sarre. En Hesse, la proporción aumentó ligeramente, del 44,1% al 44,6% hace tres años. En Baviera, la proporción creció del 31% al 45% desde 2012. El número de reclusos extranjeros en los estados federales del este también está aumentando. 

Vistos estos escalofriantes datos se observa la relación entre delincuencia y población extranjera no adaptada a las costumbres germánicas. Pero hay datos aún más preocupantes y nos referiremos a ellos. Desde que en 2015 Ángela Merkel propuso la política de fronteras abiertas se ha creado otro problema. Las urgentes medidas legislativas para proteger a los nuevos visitantes de las críticas y hartazgo de los alemanes, en una  situación económica nada buena (tengamos en cuenta que Alemania se encuentra actualmente en recesión tras un gobierno entre SPD, CDU y los verdes,  de corte claramente izquierda y muy ilusorio y distópico en sus políticas) ha ocasionado todo un caos y una extralimitación, así como justificaciones dictatoriales en cuanto a la libertad de expresión, e incluso el arte, todo con el objetivo, no de trabajar por el pueblo alemán, que sería lo lógico en una democracia, sino de que los políticos protejan sus poltronas y traseros frente al resentimiento creciente hacia comunidades extranjeras que están convirtiendo a Alemania en una nueva república islámica, o así lo perciben muchos nacionales. Que se expanda esta idea, que se haga oficial, que les pidan cuentas sobre las irresponsabilidades cometidas y que digan la verdad, no es algo que forma parte de los partidos mal llamados progres y que yo describiría como viles y cobardes porque tiran la piedra y esconden la mano. El único partido que se ha hecho eco de ello es la AfD, el cual dicen que es nazi y de extrema derecha, cuando con las disposiciones que veremos más adelante habría de preguntarse quién actúa siguiendo las líneas de la dictadura fascista, recordando a viejos tiempos que parecen haber regresado, pero esta vez entre el caos. Estas comunidades que son tan bien recibidas se pasean por las calles e imponen sus principios como los nazis querían erradicar a los judíos en aquella noche de los cuchillos largos. Aún no han llegado a campos de concentración, pero ya te puede visitar la policía bajo la excusa de haber cometido un delito odio, como si fuese la Gestapo de antaño, incluso te pueden caer unos años de cárcel si insistes en expresarte libremente. Lo curioso es que eso lo hacen con su propio pueblo, agrediendo a su propia raza y a su identidad cultural.

Las normas que protegen a los musulmanes del supuesto racismo provienen tanto del artículo 5.1 y 5.2 de la LF. Mientras el primero define lo que es la libertad de expresión en los términos lógicos, el 5.2 legitima su limitación en base a ciertas leyes. Pasemos a materia. El artículo 111 de Código penal reza lo siguiente para los casos de incitación pública: “(1) Quien incite públicamente, en una reunión o mediante la difusión de material (artículo 11.3) a la comisión de un acto ilícito incurre en la misma pena que un encubridor (artículo 26). (2) Si la incitación no tiene éxito, la pena será de presidio por un período de hasta cinco años o multa. La pena no puede ser más grave que si la incitación hubiese tenido éxito (aplicación del inciso 1, artículo 49.1, Nº 2).”.  El artículo 130 habla de incitación a las masas en estos términos: “El que, de manera apta para causar una perturbación de la paz pública incite al odio contra un grupo nacional, racial, religioso o un grupo definido por su origen étnico, contra sectores de la población o contra individuos a causa de su pertenencia a uno de los grupos o sectores de la población mencionados, o haga llamados a adoptar medidas violentas o arbitrarias en contra de ellos, o atente contra la dignidad humana de otras personas insultando, calumniando o difamando a uno de los grupos, sectores de la población o individuos mencionados por su pertenencia a uno de los grupos o sectores de la población mencionados incurre en pena de presidio de tres meses a cinco años.”. Incluye la distribución de materiales, hablar bien del nazismo”. Y aún más, las limitaciones pueden llegar hasta el mundo del arte y de la ciencia, según el artículo 5.3 de la LF al mencionar que, si estas manifestaciones afectan eufemísticamente a los derechos de otros, han de ser limitadas. Es decir, bajo la excusa de ataque a la comunidad musulmana, cualquier acción se considera delictiva y el mero hecho de protestar con el supuesto fin de generar odio o daño supone que el autor de dicha acción, aunque no haya tenido éxito, se considera al mismo nivel de encubridor. Cuando se limita hasta el arte y se cuestiona la ciencia, nos podemos preguntar qué clase de régimen político hace eso.

En esto se ha convertido Alemania, en un país que comienza a tener normas de corte fascista y dictatorial, todo para defender la cultura woke, el feminismo, la inmigración ilegal el LGTBI o lo relativo a lo que el gobierno le venga en gana y le sirva para tapar sus actos irresponsables. Merz cumple sin duda una función importante y por encargo tras haber trabajado muchos años para Blackrock, lo cual dice muchísimo de sus sucias intenciones, aunque tenga que tratar con los rojos del SPD o los verdes, cuyo pensamiento ya conocemos.

Alemania camina hacia otra dictadura, no se sabe si peor que la de Hitler, pero sus artífices mueven ficha a toda velocidad porque sienten que se les acaba el tiempo. Todo fascista tiene mucho miedo a que les cante las cuarenta, lo malo es que será el pueblo alemán el que disfrutará lo votado, de acuerdo con su idiosincrasia ordenada y medida, pero lo peor es que, cuando llegue el momento de elegir a un nuevo parlamento o un nuevo teatrillo electoral, de Alemania ya no quedarán ni las tripas, convirtiéndose en un país pobre, sometido, aterrorizado y con dictadores al mando como hace 90 años.

 

Artículo relacionados

2 COMENTARIOS

  1. Cuando uno estudia la hipótesis de que todo esto está prograqmado por el Deep Statte en toda la UE, todas las pistas conducen al reforzamiento de la misma. Caballazos de Troya is lámicos

DEJA UNA RESPUESTA

Por favor ingrese su comentario!
Por favor ingrese su nombre aquí

Entradas recientes