Por Salvador Freixedo
La teoría fundamental de Salvador Freixedo sostiene que por encima de lo que conocemos como los reinos de la naturaleza: mineral, vegetal, animal y humano, que él denomina escalas cósmicas, existen otros niveles de existencia, otros seres energéticos o espirituales; es decir, lo que en los diversos textos religiosos –incluida nuestra Biblia– se conoce como ángeles, demonios, asuras, ginas, devas, dakinis que interactúan con los humanos en determinadas circunstancias. De estas entidades también tenemos referencia en textos profanos y en las epopeyas y el folklore de distintos pueblos.
Según Freixedo, estos seres invisibles no humanos tienen la capacidad de hacerse visibles a voluntad en su contacto con los humanos, y han intervenido –y lo siguen haciendo– en el desarrollo de la historia humana desde sus albores, adoptando diferentes maneras de presentación. Uno de los últimos “disfraces” sería el de viajeros del espacio. De ahí sus libros más representativos Defendámonos de los dioses y La granja humana. Las teorías freixedianas son tremendamente revolucionarias y desestabilizadoras, a la vez que trascendentes, al asegurar que estos seres parasitan y usan a los humanos, igual que estos hacen con los animales.
El resultado de aquellas cópulas ancestrales entre los hijos de Dios y las hijas de los hombres habrían dado lugar a las llamadas líneas de sangre –un pequeño número de familias–, que en la actualidad y desde siempre han regido el mundo, siguiendo siempre las consignas de los invisibles a quienes rinden culto de diferentes maneras, incluidos los rituales de sangre. Estas teorías tan aparentemente extravagantes y delirantes siempre han sido secretas. Por eso son ridiculizadas por algunos sectores, incomprendidas y tergiversadas por otros e incluso prohibidas. Es preciso que el rebaño permanezca en su gregarismo, peleando, trabajando, durmiendo, comiendo y rumiando, sin enterarse de la existencia de los grandes enemigos que no solo se alimentan de sus emociones, sino que impiden su independencia y evolución.
Hemos extractado unos párrafos del libro Teovnilogía, de Salvador Freixedo, en el que alude a esta parte oculta de la historia humana y su relación con los seres invisibles, los dioses con minúscula.
Magdalena del Amo
Aunque para los autodenominados «ufólogos» el aspecto sexual del fenómeno ovni no tenga una especial relevancia, y hasta tratan de disimularlo porque va contra las teorías que muchos de ellos defienden, es sin embargo algo fundamental y de una enorme importancia en el fenómeno.
Lo que leemos en la Biblia de los elohim o «hijos de Dios» enamorándose de las hijas de los hombres y engendrando con ellas a los nefilim es un brevísimo resumen y un prenuncio de la enorme actividad en torno al sexo que ciertos «extraterrestres» han desarrollado y desarrollan en nuestro planeta y de la importancia que para ellos ha tenido la generación y el instinto sexual en su interacción con los humanos. Los reptilianos a los que nos estamos específicamente refiriendo no son solo ellos exageradamente adictos a toda clase de actividades sexuales, sino que han usado estratégicamente el instinto sexual de los humanos a través de muchas generaciones para conservar su influencia sobre la raza humana, a la que siempre han dominado.
Al hablar de su sexualidad no me estoy refiriendo a sus abundantes experiencias de tipo genético en las que a los varones les extraen semen y a las mujeres óvulos o incluso las fecundan para extraerles el embrión o el feto al cabo de un tiempo. Me refiero a su exagerada sexualidad personal, de la que tenemos innumerables testimonios de contactados y abducidos, tanto hombres como mujeres, que dicen haber sido violados, a veces de las maneras más sádicas, por «extraterrestres» de todas las razas, y especialmente por seres de una estatura superior a la de los grises comunes y que con mucha frecuencia tenían cabeza de lagarto. Hace bastantes años publiqué en una revista un artículo en el que hablaba de dieciséis casos de varones que habían sido violados por «extraterrestres». Y por desgracia, esto no se queda aquí, sino que tiene ramificaciones más hondas e inquietantes, como veremos enseguida.
Linda Moulton Howe, a quien tuve el placer de servir de traductor en un congreso celebrado en Acapulco (México), es una de las personas que más seriamente han investigado el fenómeno ovni. En uno de sus escritos narra con todo lujo de detalles un escalofriante hecho que resume estas dos cualidades de nuestros dominadores: su zoomorfismo y su desmedida sexualidad. En 1995 dos amigos en Orlando, en el estado de Florida (EE. UU.), se bajaron del coche en el que iban cuando vieron cómo un ovni a muy baja altura se colocaba encima de una vaca, rodeaba su cuerpo con una especie de manguera y la elevaba unos metros del suelo. La manguera rodeó también el morro del animal, que mugía muy fuertemente. Al cabo de unos minutos la dejaron caer, ellos se acercaron y vieron que estaba muerta, pero se habían llevado parte del morro.
(De un hecho similar, en el que le faltaba parte del morro a una vaca, yo fui testigo en 1980 en Puerto Rico tras una incursión nocturna de ovnis). Al volver al coche cayeron en la cuenta de que inexplicablemente habían pasado dos horas y tenían su cuerpo dolorido y con muy extrañas sensaciones. Uno de ellos recordó repentinamente cómo habían sido llevados al ovni y cómo dos seres con apariencia de lagartos y fuertes colas, de alrededor de 1,75 metros de altura, que caminaban sobre sus patas traseras, los habían sodomizado después de inmovilizarlos. Uno de los jóvenes estuvo todo el tiempo inconsciente, pero el otro, que intentó defenderse por la fuerza, recordó no solo los pormenores de los humillantes actos a los que se vieron sometidos sino todos los detalles de los cuerpos de los lagartos, en especial de sus muy extraños ojos, y las muchas pantallas que había en la pared de la sala circular en la que fueron violados.
Llegados a este punto no tenemos más remedio que adentrarnos aún más por los campos de una conspiranoia que, si bien tiene partes dudosas, tiene también muchos hechos que la corroboran.
Estos hechos son que aquellos «dioses», que según nos dice la Biblia se unieron a las hijas de los hombres, al hacerlo parece que dejaron unas «líneas de sangre» que se han conservado a lo largo de los siglos y que constituyen las familias de las que a lo largo del tiempo han salido los más importantes líderes de la raza humana. En palabras más de acuerdo con la terminología moderna, estos «dioses» dejaron en el ADN de sus descendientes unos genes que los dotaban de una inteligencia superior, al mismo tiempo que hacían sus mentes más penetrables y manipulables. Muy probablemente los niños índigo de nuestros días tienen mucho que ver con todo esto, al igual que el desproporcionado número de genios y personas inteligentes que desde siempre se han dado entre los hijos de Israel. En mi libro Israel pueblo-contacto intuí algo de esto, aunque entonces me quedé muy lejos de llegar hasta la raíz de los hechos.
Con el paso de los siglos, estos genes, aparte de conservarse, se han ido expandiendo y ramificando entre todos los pueblos de la Tierra, y los individuos que los poseen han ido siendo seleccionadamente elegidos por estas inteligencias extrahumanas para ocupar puestos importantes en el liderazgo de los pueblos. El fin último de esta elección es el mantener el dominio sobre toda la raza humana, valiéndose de estos inconscientes testaferros. Y debido a que los antiguos «dioses» sumerios —los actuales ovninautas reptilianos— no han cambiado nada en su malignidad ni en su odio a los seres humanos, se han ocupado muy bien a lo largo de los milenios de ir poniendo al frente de las naciones a individuos «de su sangre» y que, en vez de construir una sociedad pacífica, hiciesen de este mundo una constante batalla campal y un auténtico valle de lágrimas y desgracias. Esa es la razón de la triste historia de la humanidad y la causa honda del mal en el mundo.
A lo largo de los siglos vemos a personas con un extraordinario poder al frente de los destinos de los diversos pueblos. En muchas ocasiones, eran generaciones enteras de la misma familia las que se mantenían en el poder a lo largo de muchos años. Naturalmente no tenemos pruebas de que estos poderosos personajes históricos tuviesen genes heredados de los «dioses» sumerios, acadios y babilonios, o de que perteneciesen a las «líneas de sangre» originarias de los elohim de las que nos hablan algunos autores. Sin embargo, sí es muy curioso que personajes contemporáneos nuestros, que tienen el control de países muy importantes, tengan entre ellos muchos vínculos familiares y en cierta manera se pueda decir que provienen todos de un tronco común; y más curioso todavía es que de algunos de ellos sepamos con certeza que son descendientes de ciertos personajes históricos muy poderosos.
Ateniéndonos a nuestro tiempo, apellidos como los norteamericanos Bush, Clinton, Cheney, Poindexter, Morgan, Warburg, MacNamara, Rockefeller, Brzezinski, Dulles y muchos otros de la élite industrial y financiera de Wall Street, o los europeos Rothschild, Rhodes, Milner, Soros, Kissinger, Albright, Carrington, Heath, Churchill, Mountbatten, Rettinger (no confundir con Ratzinger), más los de las tradicionales familias reales y nobles de Europa, según expertos genealogistas, tienen sospechosamente muchos ancestros comunes muy poderosos, y las genealogías de algunos de ellos se remontan a la alta Edad Media, siempre en puestos de mando. A esto tenemos que añadir que todas estas mismas familias y personajes, a pesar de ser una ínfima minoría comparados con el total de la población mundial, tienen a través de la industria farmacéutica, armamentística, petrolera y bancaria el control de las finanzas de la humanidad. Y aunque a algunos les parezca increíble, muchos de estos famosos y «honorabilísimos» personajes son los grandes responsables del tráfico de drogas a nivel mundial, tal como pudimos ver en las primeras páginas de este escrito. (A mediados del siglo XIX, algunas de estas mismas familias fueron las que motivaron la guerra del opio en China y las que se beneficiaron de él, y ya en nuestros días, Bush padre se apresuró a invadir Panamá con un motivo aparente, para detener enseguida y silenciar al general Noriega, cuando este se le rebeló, pues, tal como nos decía Casey, el exdirector de la CIA, Noriega era su principal aliado en la introducción de toneladas de cocaína en Estados Unidos, y con su venta a través de la mafia llevaban a cabo todas las sucias black ops [1] a espaldas del gobierno. Como resultado de la innecesaria invasión murieron tres mil panameños. Increíble y poco conocido, pero cierto. Esto es lo que ha hecho que muchos militares y funcionarios de alto rango se hayan decidido a hablar y a publicar libros cuando han descubierto las terriblemente corruptas actividades de su propio gobierno. A muchos de ellos les ha costado la vida.
Han ahondado más en este increíble pero fascinante tema, investigadores como Ted Gunderson, Mark Phillips, Henry Makow, Bill Cooper, Ivan Fraser, Alex Jones, Loreda Fox y muchos otros autores a los que, por supuesto, las autoridades se han encargado de desmentir y desprestigiar, cuando no de encarcelar o asesinar. Mucha gente relaciona estas ideas con los famosos Protocolos de los Sabios de Sión (que las autoridades han tratado repetidamente de desprestigiar), aparecidos a finales del siglo XIX y atribuidos a un grupo de judíos sionistas. En ellos se narran con una gran precisión y con un siglo de anticipación muchas de las preocupantes situaciones en las que se halla en la actualidad el planeta. Por mucho tiempo, yo creí que efectivamente muchos de los males que aquejan a nuestra sociedad eran fruto de este contubernio de sionistas judíos, pero en la actualidad creo que los judíos han sido escogidos por los extrahumanos como chivos expiatorios para que todas las sospechas y culpas caigan sobre ellos y los humanos no nos percatemos de quiénes son nuestros verdaderos enemigos. Cierto es que los judíos, engañados y fanatizados por el maligno Yahvé, han cometido tremendos abusos en Palestina, pero también es cierto que muchos de estos personajes importantes, entre los que se encuentran de manera prominente numerosos miembros de la familia Rothschild (Koffi Anan, el turbio expresidente de la ONU, «casualmente» estaba casado con una Rothschild), son en Israel tenidos por judíos traidores y renegados, pues no son creyentes y más bien están usando a sus hermanos de sangre para acrecentar aún más sus enormes fortunas y para mantener su propio poder. El que quiera profundizar en este tema —que tiene mucho que ver con el actual caos económico mundial— puede leer el libro de George Armstrong Rothschild Money Trust.
Podría terminar aquí todo este escrito en el que he tratado de relacionar y de identificar a estas malvadas inteligencias humanas y extrahumanas que atormentan a la humanidad con las inteligencias que están detrás de los ovnis y con las originales creencias religiosas y mitologías de todos los pueblos, pero no sería honesto con el lector si, por miedo a ser tomado como demasiado crédulo, no le informase de algo tenebroso que subyace en todo este asunto. Admito que lo que diga a partir de aquí rozará —una vez más— el borde de lo creíble, pero por desgracia tiene muchos puntos de apoyo.
Si el lector conoce o por lo menos ha oído hablar de los illuminati, del proyecto Mind Control, del EDOM, de los llamados múltiples, de las milabs, de los implantados, de los varios MK, de los Montauk boys o de los proyectos Monarch, Artichoque y Paperclip sabrá a qué me estoy refiriendo, aunque es muy posible que lo haya considerado como una pieza más de la exagerada y contradictoria desinformación que circula en determinados ambientes y que estas perversas autoridades han sabido usar a la perfección para tenernos siempre con la duda o incluso en una total ignorancia. De cualquier manera, el hecho de conocer muchos casos de abducciones y aterrizajes de ovnis, o de haber entrevistado a muchos contactados, es no pasar de la epidermis del fenómeno ovni y me atrevería a decir que también del fenómeno religioso.
Reconozco que ignoro si sobre este tema se ha publicado en español algún libro que valga la pena. Sí es cierto que, en internet, sobre todo en inglés, se puede hallar cantidad de información en la que lo cierto está mezclado con lo falso. Y reconozco también que este tema es la esencia de la conspiranoia y que soy un audaz al atreverme a tratarlo, aunque lo haga de una manera muy superficial. No lo haría si no tuviese para ello poderosas razones. En inglés no son pocos los libros que se han publicado e incluso se han hecho películas que de una manera más o menos explícita han tratado el tema, pero curiosamente —más bien lógicamente— tales filmes y libros han conseguido muy poca difusión, han sufrido acerbas críticas o un silencio ominoso por parte de la prensa y, en ocasiones, han desencadenado una positiva persecución en forma de prohibiciones o de amenazas a sus autores. En concreto, uno de ellos lleva varios años en la cárcel acusado de delitos falsos. Algo semejante a lo que le espera al autor de Wikileaks (a no ser que Wikileaks sea otra sutil estratagema). Estos hasta ahora han tenido suerte, porque otros whistleblowers [2] murieron por un «accidente» o de muerte «natural». En este mundo, cuyo «príncipe» es el rey del engaño y de la muerte, el decir grandes verdades es altamente peligroso.
Todo este tenebroso asunto está íntimamente relacionado con las «líneas de sangre» de las que acabamos de hablar, con los genes de los dioses hititas, acadios y sumerios, con los descendientes de los nefilim y de las hijas de los hombres que leemos en la Biblia y con los «híbridos reptil-hombre» de los que nos hablan los autores citados.
Determinados individuos de esas «líneas de sangre» y portadores de esos genes forman parte de la «élite» de la humanidad actual y constituyen un supersecreto grupo que ellos mismos denominan «la Familia», que tiene extendidos sus tentáculos por el mundo entero y entre todas las razas. «La Familia» (también llamada «la Hermandad») es un contubernio supersecreto compuesto por humanos totalmente dominados por inteligencias extrahumanas y por híbridos reptilianos de apariencia completamente humana.
He aquí algunas de las cualidades y características de estos individuos:
-Suelen tener un cociente intelectual muy alto, y gozan en la sociedad y en los grandes medios de comunicación de una excelente reputación; de entre ellos es de donde los extrahumanos escogen a los que van a ser líderes de las naciones y de las grandes instituciones internacionales.
–Sus mentes, debido a su ADN manipulado, son muy fácilmente penetradas y dominadas por inteligencias extrahumanas.
–Son completamente amorales.
–Obedecen ciega e inconscientemente a sus dominadores ultrahumanos.
–Desde que nacen comienzan a ser esclavizados por sus padres (que también pertenecen a «la Familia»), lo mismo que ellos harán con alguno o algunos de sus hijos.
–Esta esclavitud y dominio de sus mentes lo logran mediante torturas físicas extremas y mediante refinadas estrategias psicológicas. (Uno de los métodos de tortura más empleados es la violación sexual, que empieza ya desde la cuna).
–El resultado de estas torturas es la ruptura de la personalidad del niño, dando lugar a los llamados múltiples (o de personalidad múltiple, anomalía bien conocida en psiquiatría), que pueden comportarse de maneras completamente diferentes, sin que una parte tenga constancia de lo que hace la otra. Algunos de estos múltiples, sobre todo niñas, son usados como esclavos sexuales al servicio de miembros prominentes de «la Familia».
–La economía mundial está dominada por los miembros de esta «Hermandad», que son todos multimillonarios y entre todos tienen el control de la banca mundial y de los medios de comunicación más grandes del planeta. («La Familia» fue la que en siglos pasados inició el sistema bancario y ha causado todas las grandes crisis financieras, incluida la actual).
-Miembros de «la Familia» —auténticos esclavos mentales equiparables a los posesos— celebran reuniones secretas en las que se practican toda suerte de ceremonias repugnantes y satánicas.
En español apenas hay publicaciones de esta temática específica, y lo que leemos en la prensa son noticias superficiales cuando no desinformadoras, lo cual es una prueba más de los larguísimos tentáculos de «la Familia» sobre los medios de comunicación en todo el mundo. En cambio, en inglés hay unos cuantos libros serios sobre este tema tabú. Gracias al milagro de internet, el lector podrá encontrar abundante información en los libros y autores que he comentado, teniendo siempre en cuenta que todo el material de la red tiene que ser cribado con gran cautela. Aun después de la criba, no aseveramos que sea veraz todo lo que se dice, y tenemos la certeza de que hay cosas inexactas. Un ejemplo de ello es el papel que algún autor les hace jugar a los jesuitas en todo este tema. En mis treinta años de permanencia en la Orden, he conocido y tratado muy de cerca a importantes miembros de ella (incluso al que fue el General de la Orden, Pedro Arrupe), y nunca pude ver nada que me hiciese sospechar algo oscuro, más allá de los defectos que suele tener cualquier institución humana. No obstante, tras desvincularme de la Compañía, investigué durante bastante tiempo sobre las aseveraciones truculentas de algunos críticos despiadados. No les concedí ningún crédito, y atribuyo sus aseveraciones a desinformación calculada con la que intoxicaron a los autores para restar credibilidad al resto de las tremendas verdades que ellos denuncian en sus libros. Algo por el estilo creo se puede decir de las noticias que se refieren al Vaticano.
Le resumiré al lector cinco grandes estrategias reptilianas:
-disminución de la población del planeta;
-control de la población (microchips, tarjetas de crédito, internet, televisión, etc.);
-caos financiero y dependencia económica (hipotecas,
deudas);
-malnutrición «científica» inducida;
-depravación de costumbres.
Y seis grupos de trabajo:
-drogas-pornografía;
-política;
-empresas;
-ritos y cultos;
-medios de comunicación;
-control mental de gente concreta.
Comenzamos este escrito apoyándonos en la frase de Charles Fort «We are property». Por desgracia, la mayor parte de la humanidad aún no se ha enterado de esto, y por eso no se ha dado cuenta de lo que los «propietarios» han estado haciendo con nosotros durante muchos siglos y ni siquiera ahora, cuando ya están actuando de una manera descarada. Pero es hora de que despertemos y nos defendamos, antes de que sea demasiado tarde. Y a juzgar por el estado convulso y semicaótico en que está hoy día la humanidad acosada por tantos y tan graves problemas, da la impresión de que, si no reaccionamos, nos esperan tiempos muy difíciles.
NOTAS:
- Las black ops o black operations son operaciones encubiertas que acostumbran a estar vinculadas con actividades clandestinas y al margen del protocolo militar estándar o incluso de la ley. Pueden estar relacionadas con asesinatos, extorsión, sabotaje, tortura, experimentación humana, etc.
- Se conocen con este nombre a los informantes o «chivatos» que permanecen en el anonimato y hacen públicas actividades generalmente ilegales o inmorales de gobiernos, grandes empresas, organizaciones públicas o privadas, etc.
He aquí algunos de los autores que tratan esta temática:
— Cathy O’Brien & Mark Phillips (Trance Formation of America);
— Kathleen Sullivan (Unshackled);
— Carol Rutz (A Nation Betrayed);
— Brice Taylor (Th anks for the Memories);
— Annie McKenna (Paperclip Dolls);
— Hersha Sisters (Secret Weapons);
— Wayne Morris (entrevista a Brice Taylor);
— David Icke (Th e Biggest Secret y otros libros suyos);
— Fritz Springmeier (varios libros);
— Henry Makow (entrevistas);
— Ted Gunderson (PDF en internet);
— Greg Szymansky (entrevista a Svali en internet);
— Alex Jones (vídeos en internet);
— Christian O’Brien (Genius of the Few y The Shining Ones);
— Andrew Collins (From the Ashes of Angels: The Forbidden Legacy of a Fallen Race);
— Ronald Stich (tres libros);
— Aaron Russo (De la libertad al fascismo);
— R. A. Boulay (Flying Dragons and Serpents).
Insisto en que es muy posible que en alguno de estos autores haya «desinformación» o exageraciones y hasta alucinaciones, pero lo que ellos afirman está más cerca de la realidad que la negación total de los hechos. Tengo muchas razones personales y concretas para creerlo.