Dos premisas antes de empezar el artículo: no odio a los extranjeros de bien, vengan de donde vengan, ni padezco ningún tipo de fobia, ni siquiera a las arañas. Otra cosa es que los modernos “diagnosticadores políticos” fabulen sobre las definiciones y contaminen la Justicia y a los jueces encargados de impartirla, alejando cada vez más lo legal de lo justo, característica propia de Estados corrompidos y decadentes.
Dicho lo cual, que de ninguna manera es una justificación, sino una aclaración, espero que mi texto se entienda como un análisis crítico y racional, desprovisto de cualquier intención ofensiva, aunque sí en defensa de nuestra sociedad y de los valores cristianos de Occidente.
Aquellos espectáculos de las pateras de los primeros años, de pobrecitos desheredados que llegaban a nuestras costas, muertos de hambre y de frío, con algún cadáver de niño que los medios audiovisuales nos mostraban reiteradamente para hacer aflorar nuestro sentimiento de culpa, ya no sirven. ¡Y no sigan repitiendo que en España también hemos sido emigrantes! Eso tampoco es utilizable ya como argumento. Demasiado obsoleto ante tanta evidencia. Sí, los españoles siempre han emigrado, primero a Cuba y a otros países de América –lugares de los que la mayoría nunca volvía–, y después a las naciones vecinas, Francia, Suiza o Alemania. Pero iban sin trampa, con sus papeles en regla, dispuestos a trabajar duro y a adaptarse a las leyes y costumbres del país. No llegaban pidiendo subvenciones, ni menús especiales en los centros escolares y otras exigencias. Los inmigrantes de última generación llegan por cientos, bien vestidos, con sus teléfonos, su religión, su cultura, altaneros y ganas de conquista. Eso sí, habiendo destruido la documentación para ocultar su origen y edad. ¡Algunos son menores hasta los cuarenta! Llegan a un país extraño, pero, bien aleccionados por los abogados y chiringuitos del sistema, se sienten con derecho a todo: un lugar para vivir, y una serie de ayudas y privilegios que los españoles no tienen. Muchos hoteles destinados al turismo han sido “expropiados” en las islas y otros lugares para dar acogida a estos extranjeros que, dicho sea de paso, no están cualificados para hacer casi nada. De esto apenas se habla, pero en muchos lugares de Europa constituyen un gravísimo problema. Muchos son ya de segunda o tercera generación y tan franceses, ingleses o españoles como los nativos, pero no llevan en los genes la lengua, la religión, la cultura, el folclore y las tradiciones del país. Estos nuevos ciudadanos, salvo algunas excepciones que han aceptado la integración, no se llaman Luis, Juan o Carmen, sino Mohamed, Omar o Fátima. Y no solo practican el islamismo y la discriminación de la mujer, con sus velos correspondientes y demás tradiciones –algunas bastante extremas, como la ablación–, sino que, ajenos a nuestras leyes, instauran la sharía en sus guetos, a los que ni la policía puede acceder. Esto no es una leyenda urbana, sino realidad preocupante.
Europa se ha rendido. Incluso ya está tomando cuerpo la idea de que, en un futuro no muy lejano, las europeas habremos abrazado la imposición del velo; lo cual trae a nuestra memoria las profecías o amenazas, según se mire, del que fue presidente de Argelia, Huari Bumedian, sobre la conquista de Europa a través del vientre de sus mujeres: “Un día millones de hombres abandonarán el hemisferio sur para irrumpir en el hemisferio norte. Y no lo harán precisamente como amigos, pues irrumpirán para conquistarlo. Y lo conquistarán poblándolo con sus hijos. Será el vientre de nuestras mujeres el que nos dé la victoria”. Ya anteriormente lo había dicho el también presidente de la nación argelina, Ahmed Ben Bella. Lo más grave de todo esto es que estos visionarios tenían razón y el plan se está cumpliendo escrupulosamente y las leyes ad hoc trabajan a favor del invasor. Incluso para amansarnos, domesticarnos y evitar nuestras opiniones en contra, se han creado los delitos de odio y xenofobia.
Hablar de inmigración ilegal y de invasión es políticamente incorrecto. Decir que un porcentaje elevado de los inmigrantes son delincuentes también es censurable y causa de abucheo; como también lo es denunciar que las violaciones y asesinatos de mujeres son frecuentes en este colectivo. Prohibido, por fin, decir que los jueces suelen ser benévolos con los musulmanes porque, ¡pobrecitos!, ellos pertenecen a otra cultura y no distinguen entre el bien y el mal. Recuerdo la sentencia de un juez alemán y su argumentación sobre el delito del acusado y las costumbres de su país sobre las mujeres. “Espero que esta dinámica no cree jurisprudencia”, pensé. Y es que los jueces, igual que los obispos, temen a la prensa, siempre al servicio del sistema actual, más corrompido que nunca; un sistema en contra de lo recto, lo bueno, lo justo, el sentido común y los valores en general. Así están las cosas en Europa.
Ante esta circunstancia tan ilógica y desestabilizadora, como es la invasión organizada de un territorio ajeno, caben varias preguntas: ¿Por qué han aceptado los Estados este plan suicida? ¿Por qué los políticos de nuevo cuño, por regla general, en el borde de la psicopatología, defensores en sus respectivos países de aberraciones como la eutanasia, la eugenesia y el aborto, sufren estos brotes de generosidad y empatía que los impulsa a acoger gente que está destrozando el sostén cultural que nos ha amamantado y ha configurado nuestra idiosincrasia? La respuesta es clara y visible para quien decida quitarse las anteojeras y hacer análisis. El Plan Kalergi es la clave. Los telediarios, las tertulias mareadoras de perdices y la prensa escrita en general, rehúsa hablar de este tema y de otras materias escondidas en el armario de los secretos de Estado y planes inconfesables. En primer lugar, los desconocen, y en segundo, no figuran en el guion que dirige el estáblisment. Abordar ciertos asuntos requiere haber buceado en aguas pantanosas y estar dispuesto a ejercer la libertad aun a costa de represalias y vetos. Pero no entendemos el periodismo de otra forma. Por eso escribimos sobre el Plan Kalergi hace años y cada cierto tiempo lo recordamos por considerarlo una información restringida que la sociedad debe conocer. Si la semilla cae en terreno pedregoso o la comen las aves, no está en nuestra mano remediarlo. Pero hay que seguir sembrando, con el afán de que algún grano caiga en tierra abonada y fructifique. Esta es siempre nuestra esperanza en todo lo que compartimos.
El plan Kalergi es uno de los asuntos más disparatados del mundo de la conspiranoia; un hueso duro de roer para quienes desconozcan el universo de las conspiraciones, que no son otra cosa que el conocimiento de los proyectos secretos de los mandatarios y élites que dirigen el mundo. Estos programas siniestros son, muchas veces, iniciativas que no llegan a cumplirse, por decisión o imposibilidad.
Cuando hace años conocí el Plan Kalergi, el objetivo de la invasión y el mestizaje me pareció poco menos que irrealizable. Sin embargo, el tiempo, otras investigaciones y otras piezas del puzle me han hecho concederle una credibilidad, si no del cien por cien, sí de gran parte del informe. La idea de Kalergi ha enraizado en la sociedad occidental y se está cumpliendo de una manera cuasi silenciosa, porque no se habla de ello, tal como apuntamos en los primeros párrafos del artículo. Pero la realidad es que estamos siendo invadidos, a punto de ser fagocitados.
Sobre este personaje y su programación de futuro para Europa escribí:
«… veamos quien es este personaje llamado Richard Nikilaus Coudenhove-Kalergi, quien, como muchas personalidades del mundo político, a lo largo de los tiempos, tiene dos versiones de sí mismo, algo así como un doctor Jekyll y un míster Hyde. Este político, dentro del sistema, es considerado como el fundador del primer movimiento popular para la Europa unida. Publicó nada menos que La lucha por Paneuropa en tres volúmenes y Cruzada por Paneuropa; fundó la Unión Parlamentaria Europea y defendió la idea de un mercado común con moneda única para que Europa ocupara el lugar que le correspondía en el mundo. Por todo esto recibiría en 1950 el Premio Carlomagno por haber contribuido a una Europa unida y en paz. Hasta aquí, nada que objetar. Pero ‘casi nada es lo que parece’.
»El aristócrata político, masón para más señas, que parecía luchar por Europa y los europeos, escondía un plan diabólico que nos hace recordar el cuento de Hansel y Grettel, los niños seducidos por una bruja malvada que los hace prisioneros y los engorda para comérselos. Kalergi no puede tragarse a Europa porque ya ha muerto, pero ha sentado las bases para que la Europa milenaria de Carlomagno y Aquisgrán, desaparezca y renazca convertida en algo amorfo y sin sustancia, muy lejos de su esencia y valores. Veamos qué es el Plan Kalergi y sus aviesos fines.
»Este plan destructor está basado en el modelo de los animales de granja, que son dominados debido a su escasa inteligencia. Kalergi lo publicó en 1923, mucho antes que sus obras citadas en el párrafo anterior. Consiste en una serie de estrategias para que los judíos, el pueblo elegido de Yahvé pueda gobernar Europa y el mundo. Cuando hablamos de los judíos, no nos referimos al judío del pueblo liso y llano que practica su religión, sino a los fanáticos sionistas, autores de miles de tropelías y conspiraciones. En el texto, expuesto en 28 tesis, Kalergi alude constantemente a la supremacía del pueblo judío, a la raza noble judía, a la raza superior, a la ‘Herrenrasse’. Curiosamente, este término que utiliza Kalergi para reivindicar la superioridad de la raza judía, también fue empleado por Hitler para referirse a la raza aria.
»Kalergi reconocía la superioridad de la raza blanca y su capacidad de organización. Pero él no buscaba la perfección aria como, unos años después, perseguiría el Tercer Reich, sino su destrucción, para que los judíos, llegado el momento, pudieran ejercer su dominio; por eso ideó un plan para depauperar la raza blanca: una especie de conquista silenciosa, de genocidio sin sangre, que consistía en el mestizaje y en la emigración de personas no blancas a Europa. El objetivo era crear una raza mestiza pasiva, indolente y manipulable, de menor inteligencia, sin capacidad para organizarse y rebelarse, por lo cual ni se darían cuenta de que estaban siendo esclavos. Esta circunstancia facilitaría que la aristocracia judía pudiera ejercer como los únicos dueños del mundo. ¿Pero, por qué el mestizaje? Algunas tesis apuntan a las bondades del mestizaje, y solemos resaltar el que se produjo en América a raíz del Descubrimiento. Sin embargo, Kalergi tomó de Joseph Arthur Gobinau las ideas que tanto influyeron en el pensamiento nacionalsocialista para conformar la ideología nazi. En su obra Ensayo sobre la desigualdad de las razas humanas, en el que proponía la supremacía de la raza blanca, exponía cómo, en el mestizaje, cada raza perdía sus talentos más importantes dando lugar a una subraza degenerada, menos inteligente y capaz. Según el filósofo, la superioridad del ario es evidente frente a otras familias raciales. Así, dota a los negros de “energías groseramente potentes”, y escribe al respecto: “Si sus facultades intelectuales son mediocres o hasta nulas, él posee en el deseo… una intensidad a menudo terrible”. No se puede negar que la raza negra es mucho más sensual que la blanca, mejor dotada para el deporte, más emocional y bachatera y dada al baile y al jolgorio. Sin embargo, también es evidente su falta de capacidad organizadora. Gobineau considera al amarillo como menos rudo que el negro, de rasgos más redondeados y suaves, pero una raza de segundo orden que adolece de la voluntad creadora y la inteligencia y otras cualidades inherentes al ario de rostro fino y afilado.
»Para Gobineau el estado caótico del mundo se debe a la degeneración de las razas. Dice que los pueblos antiguos han desaparecido porque han perdido su integridad nórdica, e igualmente puede ocurrir a los modernos, y pone estos ejemplos: “Si el imperio de Darío hubiera podido poner en el campo de batalla de Arbela, persas auténticos, a verdaderos arios […]; si los romanos del basto Imperio hubieran tenido un senado y una milicia formadas por elementos raciales iguales a los que existieron en tiempo de los Fabios, su dominación no habría tenido nunca fin”. Parece que Gobineau se olvida de la corrupción de las cúpulas, aunque estas sean de pura raza, causa por la que decaen todos los imperios.
»En definitiva, para que la raza judía no tenga parangón, es necesario frenar la evolución de los blancos, y eso se consigue transformando a los pueblos racialmente homogéneos en una masa mezclada de blancos, negros y asiáticos. En estos mestizajes primarían las características del pueblo inferior y menos civilizado. Kalergi les atribuye indolencia, crueldad, infidelidad, y otras características que es necesario fomentar para que así relumbre el pueblo elegido y pueda gobernar y manipular a sus anchas.
»Curiosamente, entre sus apoyos se encontraba el banquero Max Warburg, que puso 60.000 marcos a su disposición e incluso Winston Churchill y otros políticos, algunos de los cuales fueron más tarde genocidas del Reich, como Edward Benesch.
»Kalergi, a pesar de que su nombre suena mucho menos que los de Adenauer o De Gasperi jugó un importante papel como agente doble, cuya influencia llega a nuestros días y nos pesa como espada de Damocles. Es el elector del color azul de la bandera europea y el creador de la Europa multicultural, multirracial y cosmopolita, es decir, el ideólogo de la destrucción del Viejo Mundo. Es también el ideólogo de la restricción del poder ejecutivo de los parlamentos y los gobiernos. Es decir, la pérdida de soberanía de los Estados, nuestra conversión en meros esclavos de Bruselas, se la debemos a este masonazo que debió pactar con el diablo esta situación, mucho antes de que viéramos escrito el nombre de Maastrich.
»Todo esto explica la situación europea y la calidad y el talante de nuestros políticos y su inclinación de cabeza ante Europa, como ante nuestro amo. En realidad, somos tan solo los peones del Plan Kalergi. Casi todos los políticos son masones, y entre ellos se homenajean con galardones y premios. El canciller Helmut Kohl recibió el “Premio Coudenhove-Kalergi” por contribuir a la consecución de su plan.
»Se suele decir que la democracia es el menos malo de los sistemas de gobierno. Kalergi considera que los hombres son incapaces de gobernarse a sí mismos. Solo atribuye a la aristocracia judía capacidad para dirigir. Por eso promueve un Nuevo Orden Mundial, una dictadura sin libertad. Él promociona un pacifismo buenista entre las naciones, pero defiende la violencia para el pueblo judío, para imponer su liderazgo y supremacía. Quiere que la pólvora, el oro y la tinta esté en manos de la “raza superior judía”, es decir, el poder militar, las finanzas y la prensa.
»Lo cierto es que los objetivos Kalergi se están cumpliendo al pie de la letra, igual que la enigmática obra los Protocolos de los sabios de Sion, una de las hojas de ruta del Foro de Davos. Lo hemos expresado unas líneas más arriba: con movimientos migratorios en masa, planes Sengen, mestizaje, debilitamiento y desmembramiento de los estados y pérdida de soberanía, leyes buenistas en exceso garantistas, crisis económicas, revueltas y terrorismo. La conclusión es un caos dirigido donde en las masas de manipulados brota lo más básico y primario de su esencia animal.
»Que hay una conspiración para acabar con la raza blanca, parece evidente. Y nosotros somos sus cómplices, sus tontos útiles. Llama también la atención lo fácilmente que hemos interiorizado las bondades del llamado multiculturalismo y las excelencias de ser negro, gitano o árabe. Así, se habla del Black Power, como algo digno de ser resaltado y nadie se escandaliza, ni ve en ello un acto de racismo. Pero si hiciéramos alarde del White Power, con la misma dosis de orgullo, nos llamarían racistas, y si me apuran, podríamos ser llevados a los tribunales y condenados por inducir al racismo o por cualquier otro de los nuevos decretos progres.
»Para ello fue necesario destruir el elemento aglutinador, el colágeno de las naciones: un cristianismo unificador trufado de latines y cantos gregorianos, que igualaba al español y al alemán y los unía bajo una misma bandera. Esta riqueza milenaria está quedando diluida en las constituciones y obeliscos masónicos y demás parafernalia laicista woke».
Todas las evidencias concuerdan con la hipotesis de que los políticos son sicarios bienpagás (del sistema o de la aparente disidencia del sistema) al servicio de los ocultos enemigos de la sociedad (posiblemente metafísicos que también mandan en los grandes banqueros usureros). Los grandes políticos políticos están además mafiosamente sobornados mediante satánicas prácticas religiosas ocultas y pactos de muerte si no obedecen
Excelente exposición y detalle de los hechos históricos desde su inicio del plan Kalergi. Aunque este plan, va mucho más allá del pensamiento humano. Los que han leído a Carl Jung, conocen los arquetipos del funcionamiento de la psique, donde duerme el espíritu engañado siendo postor de sentido de la matriz arquetípica, laberinto de la psique que denominamos Universo causal de materia o energía en el tiempo transcendente, donde las razas humanas participan en su evolución hacia su entelequia en un plano de significación tridimensional (sistema cerrado) y un espacio sideral de engaño en plan guerras de las galaxias. Pero con centro de operaciones de control del Rey de este mundo en la cuarta dimensión. Para el que ha comprendido los arquetipos psicoideos, más allá de este dominio, es lo que denominamos despertar espiritual, más allá del universo causal de su matriz arquetípica micro-microcósmica del logos terrestre, logos solar y logos cósmico. Desde esta visión o comprensión, se puede ver el porqué del plan Kalergi y su objetivo final de su entelequia.
La matriz arquetípica está impulsada por los espíritus que duermen dentro de esta matriz, ingeniería social que ha ido evolucionando en nuestra civilización, pero con borrado de memoria de las anteriores, como el famoso reseteo que nos publicitan en el foro de Davos para la siguiente versión de la matriz, en este caso digital. La ingeniería social consta de cuatro entes creados, economía, política, ciencia y religión, ventana de Overton de adoctrinamiento de ideologías pastoreando al rebaño hacia el objetivo del rey de este mundo, querer imitar al verdadero Dios del reino espiritual, por eso nos está creando su matriz digital de sustitución del orden espiritual por un nuevo orden de inteligencia artificial y transhumano. Por lo tanto, para suplantar al espíritu, tiene que degradar a los hombres y mujeres, como bien detalla Magdalena en su artículo.
El comienzo para insertar a los humanos en la matriz digital, comenzó sobre el año 2014, los preparativos para la primera ola de la plandemia. Todos los fondos de inversión, mayoritarios, se unieron para el objetivo oscuro de la cúspide de la big Pharma. Violar el cuerpo humano con engaños y sobornos a los ingenuos, con la intención oscura de manipular el ADN y adaptar el interface para la matriz digital cerebro-máquina, muchos rechazos causando la muerte o enfermedades terribles, incapacitantes, también con objetivo de reducción de población. Tras el revuelo creado por los que no aceptaron su tratamiento genético, pasaron a la siguiente ola, traspasar los fondos de la plandemia, al calentamiento cerebral climático. Estrechando el cerco con los conflictos bélicos y apoderándose de los recursos del planeta. Tras el cambio de gobierno de Estados Unidos, se da carpetazo a la segunda ola climática y se desvían los fondos de inversión a la siguiente ola, guerra comercial de los aranceles, ahogar a los países con la deuda y someterles a sus políticas. Pero con objetivo de hacer caer la economía mundial para el reseteo, por eso vemos el pánico y la fiebre del oro por refugiarse de lo que se avecina.
La guerra por el dominio de la inteligencia artificial, la hace evolucionar para adaptarla a la matriz digital que se está construyendo. Las smart cities serán las ciudades para los que queden tras la despoblación y el nuevo mundo transhumano bajo el yugo de la matriz digital, esclavitud relatada en el libro 1984. Entelequia de engaño para sustituir la trascendencia espiritual por una aberración de alargar el tiempo carnal, pero esclavo en una matriz digital IA, dejar de existir en el reino espiritual para convertirse en un androide, evidentemente los que duermen en este engaño.
Saludos cordiales
Al final la inmigración es para movilizar dinero.Mientras Trump elimina el USAID por el despilfarro de las Ong’s,aquí siguen metiéndoles en hoteles de lujo.
Ojalá fuera para eso. Si lees el Corán y la carta de Albert Pike a Maqzzini se hipotetizaría que se trata de un caballo de Troya listo para entrar en acción en la inminente Tercera Guerra