El pasado 25 de febrero de 2025, Ucrania y Estados Unidos alcanzaron un acuerdo que marca un giro en su relación bilateral, según reveló el presidente estadounidense, Donald Trump, durante una declaración reciente. Este convenio establece que ambos países colaborarán en la explotación de los valiosos recursos naturales ucranianos, especialmente los minerales conocidos como tierras raras, vitales para la tecnología y la industria militar. Trump anunció que el presidente ucraniano, Volodímir Zelenski, tiene previsto viajar a Washington en los próximos días para formalizar el pacto, un paso que refleja la urgencia de consolidar esta alianza.
El acuerdo estipula que la mitad de los beneficios generados por la extracción de estos recursos, aún sin explotar en su totalidad, se destinará a un fondo de inversión conjunto. Este fondo, en el que Estados Unidos tendrá un peso significativo en la toma de decisiones, se utilizará para impulsar proyectos económicos en Ucrania. Fuentes cercanas a la presidencia ucraniana confirmaron esta información a medios como Kyiv Independent, destacando que el documento final logró suavizar algunas exigencias iniciales planteadas por Washington. Entre ellas, se descartó la condición de que Ucrania aportara una suma específica de 500.000 millones de dólares, una cifra que había generado tensiones en las negociaciones previas.
Sin embargo, no todo fue una victoria para Kiev. A pesar de las reticencias iniciales de Zelenski, quien había calificado las primeras propuestas estadounidenses como desequilibradas, Ucrania no consiguió incluir en el texto garantías explícitas de apoyo militar continuo por parte de Estados Unidos. Aun así, el líder ucraniano reconoció que aceptar el trato era una necesidad estratégica para mantener el respaldo de su principal aliado en un contexto de guerra prolongada contra Rusia.
El interés de Trump en los recursos ucranianos no es nuevo. Durante semanas, el mandatario ha insistido en que el apoyo financiero y militar brindado por Washington debe tener una contrapartida tangible. Los minerales en juego, entre los que se encuentran el litio, el titanio y otros elementos esenciales para baterías, electrónica y armamento, representan una oportunidad para Estados Unidos de reducir su dependencia de China, que actualmente domina el mercado de tierras raras. Para Ucrania, ceder parte de estas riquezas es un precio a pagar por asegurar la estabilidad económica y la asistencia extranjera en un momento crítico.
El pacto llega tras intensas negociaciones que incluyeron la visita del enviado especial estadounidense Keith Kellogg a Ucrania entre el 18 y el 20 de febrero, donde se reunió con Zelenski y otros altos cargos. Aunque el acuerdo ha sido bien recibido en algunos círculos, también genera dudas sobre su viabilidad, dado que muchas de las reservas ucranianas se encuentran en zonas afectadas por el conflicto o bajo control ruso. Con este paso, ambos países buscan redefinir su relación, combinando intereses económicos y geopolíticos en un delicado equilibrio ante los ojos del mundo.