Por Joana Baqué de Cubas
Esta es una frase elocuente donde las haya. Frase rescatada de nuestro rico lenguaje como consecuencia de una catástrofe provocada. La inundación de la Horta Sur en la provincia de Valencia. Inundación provocada, y lo digo así de claro ya que las pruebas lo han demostrado. Los valencianos no fueron avisados del aluvión de agua que se les venía encima. La crecida de agua que partía del desembalse de las presas situadas en el interior de la provincia de Valencia que fueron saturadas con la bomba de agua que lanzaron en las montañas interiores. Pero el relato ya lo conocemos todos. Las pruebas existen y las sabemos.
Gracias a un número ingente de ciudadanos españoles, los valencianos de la Horta Sur pudieron ser, más o menos, salvados pues ni el Gobierno autonómico ni el Gobierno Central hicieron mucho para que, tras esa debacle, aquellos pudieran reiniciar su vida, una vida que nunca más será igual. Vida que a fecha de hoy continúa siendo calamitosa y en total ruina. Una falta total y absoluta de prevención y del deber de socorro, dando lugar a una muerte anunciada.
Muchos se han quedado en el camino y más se irán quedando. Todos conocemos no sólo las consecuencias de ese crimen sino también quien no fue a tratar de paliar con rapidez ese ilícito.
Pero pese a lo anterior, la frase “Solo el pueblo salva al pueblo” se repitió y aun se repite. El pueblo fue el primero que acudió para tratar de aminorar las consecuencias de esa matanza indiscriminada, injustificable y a todas luces atroz. Sí, es cierto, pero no es más cierto que el pueblo mata al pueblo, no lo salva, lo acaba de aniquilar poco a poco, a escondidas, de forma disimulada y encubierta. ¿Encubierta?, cómo puede ser eso, nos preguntamos retóricamente. Pues sí encubierto por las propias órdenes de la Administración. Una Administración que en ningún momento hizo que se diera la voz de alarma, de emergencia extrema ante lo que había de venir, con el propósito de anular los mensajes de emergencia para causar el mayor daño posible.
Señores, en cumplimiento de órdenes, los operarios que abrieron las compuertas para que las presas desaguaran el agua que mató a miles, cómo mínimo, de ciudadanos de Valencia, de otras parte de España y extranjeros, eran PUEBLO. Seguramente no pensaron ni lo más mínimo para saber las consecuencias de esa acción. Abrieron las compuertas y que se las apañen como puedan. Esos individuos fueron el brazo ejecutor de unas órdenes que mataron a muchísimos seres humanos, sin miramientos y sin remordimientos. “Me lo han ordenado, yo he de cumplir, mi sueldo va en ello”, debieron pensar. Esas órdenes vinieron de la Confederación Hidrográfica del Júcar. Esa organización está integrada por personas, por ciudadanos de este país, en definitiva formada por gente del PUEBLO. Y esa parte del “pueblo”, ordenó el desagüe de las presas sin haber efectuado, previamente y con la suficiente antelación, la llamada de emergencia para que la otra parte del “pueblo”, tratara de ponerse a buen recaudo y no sufriera las consecuencias devastadoras de una inundación de agua totalmente descontrolada. El aviso de emergencia llegó tarde, muy tarde.
El ejército español es PUEBLO, y tienen el deber de garantizar la seguridad de los ciudadanos españoles y además ante una situación de emergencia catastrófica, como la que provocaron, tienen el cometido de dar auxilio inmediato al pueblo aplicando el deber de socorro y amparo. Es un compromiso que aceptaron tras la Jura de Bandera, defender y proteger al pueblo. En estos casos de desastre que provocan situaciones acuciantes, el Ejército debe dar auxilio inmediato al pueblo, sin necesidad de esperar órdenes. Pues bien estos individuos también son PUEBLO, y durante horas, días y semanas sólo una parte de este contingente, fue enviado a la Horta Sur de Valencia, cuando los militares que estaban en los cuarteles de Valencia y alrededor, como no habían recibido órdenes, no salieron. Pues bien los militares españoles, también son PUEBLO.
La Policía Nacional, la Guardia Civil, son PUEBLO, y deberían haber estado en el lugar de la tragedia, como mínimo, al día siguiente del drama que provocó la riada de agua que inundó la Horta Sur. Pero como no tenían órdenes de trasladarse al lugar, no fueron, dejando totalmente desamparados y a su suerte a los ciudadanos, que son los que les pagan sus sueldos a través de los impuestos que nutren los Presupuestos Generales del Estado. Pues bien esos individuos también son PUEBLO.
Los Ecologistas también son pueblo. Por la implantación de sus ideas, se prohibió la limpieza en los cauces de los ríos, torrentes, azudes, arroyos, etc…desde hace muchos años. La excesiva suciedad en aquellos, causó el desencadenante perfecto para que la tragedia fuera aún mayor. Pues bien esos también son PUEBLO.
En estos momentos se están vertiendo residuos tóxicos de los vehículos que quedaron inservibles tras la inundación provocada, en las tierras de la Horta Sur. Esos residuos están envenenado las tierras y los acuíferos de toda la Horta Sur. Los operarios que están realizando esa tarea, cumplen órdenes, pero son PUEBLO, también, y sometidos a presuntos incentivos y prebendas.
Ya puestos, los pilotos de avión que llevan en sus bodegas esos productos tóxicos y asesinos con los que nos rocían, día sí y día también, desde los cielos que contaminan la tierra y nos enferman, también son PUEBLO, cumpliendo órdenes ignominiosas, como todos los demás. Y porqué no decirlo, los Médicos y Sanitarios también son pueblo pero, todo y así, no se negaron a inocular ese brebaje asesino que inunda la venas de muchos de nuestros conciudadanos. Son PUEBLO, que se ha beneficiado económicamente, cuantas más inoculaciones, más dinero. Pues bien ellos también son PUEBLO.
Y así podríamos definir a más partes del pueblo. A todo aquel que de cualquier manera ha contribuido a cumplir unas órdenes dadas por el Estado a sabiendas y en perjuicio del pueblo.
Entonces mi pregunta es ¿sólo el pueblo salva al pueblo?. Pero ¿qué pueblo?. De qué pueblo hablamos, si todos somos pueblo. O es que hay varios tipos de PUEBLO. Un pueblo de primera, uno de segunda y otro de tercera. Supongo que los que sufrimos todas las desgracias que nos envían nuestros dirigentes, somos de tercera. Recuerdo que durante la Dictadura del General Franco un tren de pasajeros sufrió un accidente muy grave y en la Televisión el comentario fue, refiriéndose a los lesionados o fallecidos “ afortunadamente eran vagones de tercera”. Es decir somos de tercera, y eso con suerte.
Sí que el pueblo de tercera salvó al pueblo de tercera, pero no todo el pueblo salvó al pueblo, más bien el pueblo de primera y de segunda mató al pueblo y lo continúa haciendo al cumplir órdenes a todas luces ignominiosas.
Pese a lo anterior no se puede quitar el gran mérito, el valor y la empatía de ese PUEBLO que, tras la riada de la Horta Sur de Valencia, SALVO AL PUEBLO. Ese pueblo de tercera, nosotros los ciudadanos de a pie, esos Médicos y Sanitarios que tengo conocimiento directo de que estuvieron allí, de esos Militares, Policía Nacional, Guardía Civil y Policías Locales que, sin que nadie les diera órdenes de hacer algo, LO HICIERON arriesgando su puesto de trabajo y por ende el salario que les da de comer a ellos y sus familias. ESE ES EL PUEBLO QUE SALVÓ Y SIEMPRES SALVARÁ AL PUEBLO.
El Estado no es lo mismo que la Nación. El Estado es una entidad política, por tanto son los políticos quienes lo controlan, y la Nación está compuesta de entidades vivas, es decir, tu y yo. Así podemos afirmar que el Estado ha secuestrado a la Nación y es su principal enemigo.
En resumen, ese fatídico día, 29 de octubre 2024, se puede considerar como un holocausto ofrecido en sacrificio por los victimarios del Estado contra la Nación.
¿El pueblo salva al pueblo? o ¿el pueblo mata al pueblo, con excepción de aquellos que “directamente” fueron a ayudar a sus compatriotas?
Desde el principio desconfié de la frasecita «Solo el pueblo salva al pueblo» de no haber sido manipuladoramente impuesta por los de siempre no podría haberse difundido como la pólvora. El pueblo libre podría salvar al pueblo pero el pueblo masivamente teledesinformado solo defenderá los intereses de los ocultos amos, no hace falta ser cerdos para actuar contra el pueblo pese a que tengamos la mejor voluntad del mundo. Creo que los satanistas tienen ganada esta guerra porque mientras no hagamos diagnósticos acertados nunca podremos redimirnos
Protocolos de los sabios de Sion:
«Crearemos una ilusión que será tan grande, tan inmensa que escapará a la percepción. Aquellos que la vean serán acusados de dementes.
Nuestro objetivo se logrará gota a gota, de tal manera que jamás seremos objeto de sospechas. Esto también les impedirá ver los cambios cuando ellos ocurran. Trabajaremos juntos siempre y permaneceremos unidos por la Sangre y el Secreto. La muerte vendrá a aquel que hable».
Los valencianos lo que deberían hacer,es preparar una falla,para meter dentro a la bruja Teresa Rivera,la grandísima hijadep…
Los otro es fácil de entender,con tanto inútil empleado con enchufes,nadie supo como actuar hasta ya muy tarde.Luego llegaron las serpientes de Leticia y Felipe para ocultar lo su desastre matrimonial.
Y para cuando una horca para Pedro Sánchez?,uno de los verdaderos responsables de haber negado la ayuda necesaria,pues que se lo coma todo Marzon…
Tampoco entendemos por qué tenemos que obedecer a los políticos.Por que no obedecer a los militares o a los clérigos?.
Donde esta escrito que los políticos tengan poder de decision mallor que el mismísimo Julio César?.
Y nosotros que somos el pueblo o sus súbditos?.
Y luego lo llaman democracia!,en un país insignificante cuyos mallores problemas son el derrumbe de un Campanario…mientras en ciudades tan pobladas como N.Y. que usan 800 idiomas,claro está que el catalán allí no se habla,por qué no es idioma…estás cosas no suceden,por estar preparados para todo,hasta para un ataque nuclear.
Y que buenos somos los españoles que nos lo aguantamos todo sin rechistar,hasta que nos den por el culo!.