La empresaria Carmen Pano ha comparecido este martes ante el Tribunal Supremo afirmando que trasladó 90.000 euros en efectivo a la sede del PSOE en Ferraz siguiendo instrucciones de Víctor de Aldama. Así, como quien lleva una bandeja de croquetas a una fiesta, pero en vez de masa y jamón, billetes bien doblados, mientras que a los ciudadanos de bien se nos vigila hasta el último céntimo que gastamos.
Este hecho, del que se hizo eco El Diestro el pasado mes de octubre cuando aún no se conocía la identidad de esa señora, no hace más que añadirle salsa a un guiso que ya olía a chamusquina desde lejos y se suma a una serie de señalamientos que han puesto al PSOE bajo el foco de la corrupción en los últimos tiempos, especialmente en relación con los «Caso Koldo» , «Caso Ábalos» y «Caso Begoña», entre otros.
El caso tiene como figuras centrales al exministro de Transportes José Luis Ábalos, su antiguo asesor Koldo García y el empresario Víctor de Aldama. Según las investigaciones, esta trama estaría vinculada a la adjudicación irregular de contratos públicos durante la «pandemia», principalmente para la compra de mascarillas, aunque también se han mencionado otros negocios, como el rescate de Air Europa, la trama de Hidrocarburos o tratos con el gobierno venezolano.
Víctor de Aldama, considerado por algunos el «nexo corruptor», habría actuado como intermediario, facilitando contratos a cambio de supuestas comisiones. Entre las acusaciones, se ha hablado de pagos en efectivo, propiedades como un chalet para Ábalos o un piso en Madrid para su expareja, la famosa Jésica, y hasta operaciones con oro venezolano, aunque alguna de estas afirmaciones aún están bajo investigación.
Koldo García, por su parte, pasó de ser un asesor cercano a Ábalos a convertirse en el epicentro de las sospechas, con un incremento patrimonial notable —se habla de 1,5 millones de euros en dos años— que los investigadores relacionan con posibles comisiones ilegales. Su nombre dio origen al «Caso Koldo», que ha salpicó al PSOE y generó tensiones internas, llevando incluso a la expulsión de Ábalos del partido.
El testimonio de Carmen Pano añade una capa más a este entramado. Si bien no está claro a quién iba dirigido el dinero que dice haber entregado ni su propósito exacto, su declaración refuerza la narrativa de opacidad que rodea al partido en este momento. Las autoridades, incluyendo la Guardia Civil y la Fiscalía Anticorrupción, siguen desentrañando las conexiones, mientras el PSOE intenta capear el temporal político. Por ahora, el caso sigue abierto, con muchas preguntas sin respuesta y un impacto que de seguro se extenderá más allá de los nombres ya conocidos: Por ejemplo la exministro Reyes Maroto, la exministro Teresa Ribera, el ministro Ángel Víctor Torres, la ministro Diana Morant, la exministro Nadia Calviño, la ministro Mª Jesús Montero y por supuesto, el «1».
El caso es que esto empieza a parecerse a una de esas películas de sobremesa donde el guion es tan predecible que hasta el perro sabe quién es el malo.
Mientras tanto, en Ferraz deben estar buscando el manual de «Cómo salir de un escándalo sin que se note demasiado». Pues no lo van a encontrar, porque este tipo de manchas no se quitan ni con el mejor detergente del mercado.
Mientras tanto, en Ferraz deben estar buscando el manual de «Cómo salir de un escándalo sin que se note demasiado». Pues no lo van a encontrar, porque este tipo de manchas no se quitan ni con el mejor detergente del mercado.
Recordamos que esta empresaria ya confesó en diciembre al diario The Objective haber llevado 90.000 euros a la sede del PSOE
Fijaros que descarados,ni siquiera lo ocultan.
Y que hará el Juez borrar los datos de las declaraciones?,o seguir dando la lata con la financiación del PP?
Ahí entrarán los periodistas para justificar a quienes les pagan el sueldo,al PSOE.