Para los olvidadizos o tienen muy mala memoria, aproximadamente todos los veintes de enero se celebra el Foro de Davos, donde los supuestos sesudos del planeta se juntan cuatro días, con todo tipo de placeres y lujos, para hablar de cómo jodernos la existencia un poco más.
Para este año el slogan no puede ser más ridículo: “Colaboración para la era inteligente”. En un mundo multipolar, en el que, justo el mismo día en el que estos invitados al aquelarre harán acto de presencia,, toma la presidencia de los EEUU Donald Trump, al que nuestros ínclito héroe hispano, Pedro Sánchez (porque tenía que ser español), le ha declarado la guerra y jura ser el jefazo de la oposición a sus políticas que, precisamente, y eso es lo que le jode, no son de izquierdas, claro que a este sátrapa le fastidia todo lo que no sea ponerle pétalos de rosa para que ni pise el suelo ni escuche los insultos de los españoles.
Pero, volviendo al tema de nuestro artículo, volvemos al estreno de todos los años, donde desfilarán todos los demonios que nos la tienen jurada. Sus ideas delirantes giran en torno a la era tecnológica, la creación de un sistema económico sostenible, la transición verde y todo felicidad, ji ji ji, ja ja ja, mucho champán para todos, por supuesto luchando contra el perverso cambio climático que nos va a matar a todos si es que a estas lumbreras no se les ocurre echar unos cuantos venenos en el aire para evitarnos unos desastrosos chaparrones que nos arruinen más la existencia de lo que la tenemos ya.
Está clarísimo que sus prioridades son un engaño grotesco sólo para retrasados mentales y que la cuarta revolución industrial, que es de lo que van este año, tiene como propósito convertir al sistema económico en una modalidad de nuevo feudalismo donde la tecnología y la inteligencia artificial cuestionará nuestros derechos humanos y obligará a comer barro, como les ocurre a los de Valencia. Está clarísimo que las empresas petrolíferas y energéticas se frotarán las manos cuando hablen de transición verde, la cual es inútil porque las fuentes de las que hablan son mucho más caras y serán menos accesibles para los llamados goyim de esta sarta de sionistas criminales, así como destacado es que apoyan toda la bazofia de la cultura woke, con todo sus matices super chulos de colorines, incluyendo la bandera trans, en la que se escuda el gobierno británico para no investigar los 1400 casos de menores de edad violadas por paquistaníes musulmanes. También está clarísimo que los líderes de la UE discutirán sobre el modo en el que convertir a Europa en un país más orweliano de lo que es ya, con el fin de poner más controles y prohibiciones, al tiempo que los lobbies hacen lo que quieren con la Comisión Europea, siguiendo las ideas nazis de sus principios de organización, establecidas en 1942 por cierto autor de esta ideología. Como vemos, todo muy ético, bonito, lujoso, moderno, con muchas sonrisas y abracitos por doquier porque, al final, qué bien es estar entre buenos amigos y no entre fachas, y esos que te insultan, de manera completamente irrespetuosa.
Una de las organizaciones invitadas es Unicorn, encargada de asesorar sobre el modo en el que las empresas pueden hacerse multimillonarias (obviamente siguiendo el modelito multicolor) y otros grupos para jóvenes que son la Red Global y el Young global leaders, todos jóvenes y muy adoctrinados, poniendo en práctica uno de los pilares de los Rothschild que es reclutar a los futuros cachorritos de sus campañas genocidas entre sujetos muy ambiciosos, pagándoles de paso muchos chiringuitos en el nombre del bien de la humanidad, haciéndoles creer, pobres ilusos, que viven en los mundos de yupi. Si no fuese tan real lo que dicen, si no se lo creyeran, este teatrillo de Davos se podría considerar un chiste de mal gusto y hasta nos podría hacer soltar alguna que otra carcajada, pero no. Son los que controlan la economía mundial y los orangutanes que están todos los años viendo qué hacer y qué no para hacer gala de su estupidez.
El año pasado fue la desinformación por boca de la Von der Leyen o Brujen, como algunos llaman a esta “señora”, auténticos disparates porque están con el rabo entre las patas y ya no saben qué hacer ni qué decir (ni el mismo Klaus Schwab se cree las chorradas que suelta). Pero sí nos debemos tomar muy, pero que muy en serio lo que digan, a pesar de que Trump aparece como una incógnita nueva en la ecuación y creo que, con lo cortitos que son, algunos de sus progres intervinientes, no sabrán de qué ecuación se trata y, si lo intuyen estarán más asustados que un mafioso al que le espera la silla eléctrica. Por cierto, Trump participará el día 23 para expresar su testimonio. Espero que lo haga para dejar las cosas claras porque si yo fuera él no les daría ese gusto, ignorando a esa suerte de estafadores de la moral y boicoteando todos sus proyectos hasta que no quede ninguno. Habremos de estar expectantes, no sea que el nuevo presidente nos desilusione u ocurra como le pasó a Max Zuckerberg que tuvo que bajarse los pantalones y decir que iba a quitar la censura de Facebook y de Instagram (qué otro remedio le quedaba, so pena de quedar excluido del show que recién empieza porque a estos sujetos eso de las luces de bohemia los alimenta que da gusto). No sería raro que Klaus Schwab hiciera lo mismo, vista la cobardía de estos seres que cambian tanto de opinión como Pedrito Sánchez.
Lo preocupante es que, si no tienen ni X, ni Facebook, ni Instagram ni pueden meter las narices en la libertad de expresión, no sé cómo van a implementar su censura demoniaca y más de uno debe de estar ya sin uñas que comerse.
En fin, dejando ironías a un lado, estemos atentos y pongámonos firmes contra esta horda de impresentables. Ya va siendo hora de que en sus pequeñas mentes entren ciertas y simples ideas: primero que no son los dueños del planeta; segundo, que no tienen placet para hacer lo que les dé la gana; tercero, que muchas personas ya saben quiénes son y de qué pie cojean y, cuarto, que su plan está tan corroído como una casa vieja que se les va a caer encima como el lugar donde den tus tediosos y vomitivos discursos.
Pasen, entren y vean, pero no los escuchen demasiado. Los despiertos ya sabemos qué cosa quieren.
Esos genocidas pedófilos del Foro Económico Mundial, ya estarán cargando los aviones con niños para sus juergas, si la gente supiera lo que hace está mafia criminal tal vez cambiara su forma de pensar, estos bandidos no se merecen ni comer los excrementos que expulsan.