Después de más de 40 días desde que se produjeran las trágicas riadas de Valencia, ese nuevo 11-M con el que se ha vuelto a acabar con la vida de miles de españoles, la sociedad española, agredida en su conjunto, sigue sin reaccionar.
Ante esa nueva muestra de falta de reacción, el sistema sigue actuando y organizando eventos para mejorar la imagen del residente de la Zarzuela, Letizio VI, máximo responsable de lo que está sucediendo en España junto a sus brazos armados Rajoy, y ahora Sánc-HEZ.
Después del primer evento casi fallido del barro, le organizaron otro que les salió algo mejor en una zona ya limpia y contando, como actores secundarios, con alguna anciana que interpretó su papel a la perfección.
Ahora tocaba el funeral-trampa y sus abrazos impostados con actores de reparto infiltrados entre los asistentes a la misa y con alguna víctima cuyo dolor le impide ver la realidad del montaje monárquico.
Fuera de esa catedral se quedaron todos aquellos que, a pesar de su dolor, eran conscientes de que lo que allí se iba a interpretar no era más que una nueva entrega del serial «salvemos la imagen del Ruin», un espectáculo lamentable producido por este estado saqueador.
Mientras tanto, la televisión pública tratando de silenciar los gritos de «asesinos» a la salida y los habituales despistados mediáticos intentando ensalzar la figura de un personaje que lleva destrozando España desde 2014.
Tiempos convulsos estos en los que las caretas ya han caído.
De eso iba todo el tinglado. De encumbrar a Preparao y su choni, previa anestesia de los medios oficiales, que tampoco hacía falta porque los zombis se lotragan todo.