El Tribunal Constitucional de Rumanía ha decidido este viernes anular la primera vuelta de las elecciones presidenciales, obligando a reiniciar el proceso electoral desde el principio. El Gobierno deberá ahora fijar una nueva fecha para los comicios, en un plazo máximo de tres meses.
En la primera ronda, celebrada el 24 de noviembre, el candidato independiente Calin Georgescu, con un discurso nacionalista, sorprendió al imponerse frente a la conservadora Elena Lasconi. Ambos estaban programados para enfrentarse en la segunda vuelta este domingo, pero la resolución del Constitucional suspende este calendario. El tribunal, que tomó esta decisión por unanimidad, no especificó los motivos exactos en su comunicado, aunque la sentencia es definitiva y vinculante.
El proceso electoral ya estaba bajo escrutinio, con un recuento de votos iniciado tras denuncias de irregularidades y presuntas injerencias rusas. Según el Consejo Supremo de Defensa Nacional de Rumanía, se detectaron intentos de manipulación, incluyendo una campaña encubierta a favor de Georgescu en plataformas como TikTok, donde su candidatura no fue identificada como tal.
Elena Lasconi expresó su rechazo a la decisión judicial, argumentando que anular los comicios es contrario a los principios democráticos. «Más de nueve millones de ciudadanos ya han expresado su voluntad, y esto no puede ser ignorado», señaló en un mensaje en video, aunque se mostró confiada en que vencerá, sea cual sea la nueva fecha electoral. También reconoció que la propaganda rusa es un problema grave que debe abordarse después de las elecciones.
El primer ministro Marcel Ciolacu, quien quedó eliminado en la primera vuelta por un estrecho margen, consideró que la decisión del Constitucional es «la única solución adecuada» frente a lo que calificó como una «descarada intervención rusa». Ciolacu, líder del Partido Socialdemócrata, instó a acelerar la formación de un nuevo gobierno con una orientación proeuropea.
El jefe de Estado rumano juega un papel crucial en las políticas de seguridad y relaciones exteriores del país, lo que ha generado preocupación en la Unión Europea y la OTAN sobre la posibilidad de un presidente con tendencias prorrusas como Georgescu. En declaraciones a la BBC, Georgescu negó ser «el hombre de Moscú», pero reiteró su admiración por líderes como Vladimir Putin, Viktor Orbán y Donald Trump. Además, adelantó que, si asume la presidencia, Rumanía dejaría de brindar apoyo militar y político a Ucrania.
Mientras tanto, el mandato del actual presidente, Klaus Iohannis, que concluye el 21 de diciembre, podría extenderse temporalmente si la situación lo requiere, hasta que se complete el nuevo proceso electoral.