Cuando se analiza la historia siempre nos preguntamos cómo es posible que los ciudadanos de cualquier época que estemos revisando pudieran aguantar a su dictador de turno. Siempre, desde la perspectiva del pasado, concluimos que no parece demasiado normal haber aguantado todo lo que se nos cuenta en los libros que aguantaron.
Pero eso se da hasta que llegamos al presente y vemos que pasa exactamente lo mismo. Porque, ¿cómo es posible que un tipo como Pedro Sánc-HEZ pueda tener sometido a toda una nación de 48 millones de personas? Pues la tiene sometida y de qué forma. Porque no solo es la dictadura que ha impuesto, lo es también con su descaro para demostrar lo poco que le importa lo que suceda a su alrededor. Él sigue a la suya a pesar de sucesos como el de Valencia, por ejemplo.
Pero no solo a la suya en público, en privado demuestra que todo lo que sucede a su alrededor le importa entre nada y absolutamente nada. Es más, después del Congreso Zombialista se fue a un after en el que se puso a pinchar discos.
Y teniendo en cuenta que Sánc-HEZ puede ser lo que sea, ¿qué pasa con la gente que ha asistido a ese congreso y que se ha dedicado a aplaudir, hasta con las orejas, cualquier ocurrencia que tuviera el amado líder? Pues para nosotros la respuesta es clara: el afán de figurar, de tener dinero y puesto fácil ha llevado a buena parte de esta sociedad a perder todo tipo de dignidad. A comportarse como auténticos zombis aduladores del amado líder, para no perder comba.
Eso es lo que hemos podido ver este fin de semana, a unos zombis que actúan como ordena el cabecilla de turno. Ha sido la demostración perfecta de que el videoclip de la canción Thriller de Michael Jackson era completamente premonitorio. En este caso, Sánc-HEZ es Michael Jackson y los zombis que bailan al son de Michael Jackson son toda la fauna zombialista, pero no solo la que ha asistido al congreso, la de toda España.