Por Alfonso de la Vega
Tras la victoria electoral de Trump se han producido una serie de declaraciones inauditas entre cómicos, faranduleros, próceres con bigote, proxenetas, fulanas y fulanos, LGTBI, pederastas, y señoritas empoderadas. Unas son jeremiadas por la derrota de la degenerada candidata de la plutocracia depravada que prometía libertinaje satánico impune, o la globalización del pillaje, el atropello y el crimen. Otras por temor a que sus delitos anteriores puedan ser perseguidos y no queden impunes. Otras por falta de criterio intelectual y moral, por simple estupidez o estulticia en grado superlativo.
Han anunciado que desean salir de naja huyendo como ratas célebres malvados próceres filantropófagos como el Gates, el Soros, el Fauci, o cómicos como Hanks, De Caprio… En el caso de las hembras las redes sociales recogen muchos vídeos en los que cuesta distinguir debido a su estupidez qué parte es sincera de las majaderías declamadas por estas embrutecidas damas y qué parte pueda ser simulación o artificio.
Pero esta peste psicológica no deja de recordar ciertas conocidas infestaciones diabólicas del pasado. Muchas de las enfurecidas hembras ahora protestantes recuerdan a las antiguas viejas brujas separadas del aquelarre.
Como decía Martín de Río “a muchos engaña el demonio privándolas de los sentidos internos y externos, trastornándoles tal vez la fantasía”. El famoso doctor Laguna, médico renacentista autor del Dioscórides renovado, contaba un sucedido con la mujer del verdugo de Metz. Para curar su insomnio la mandó untar con una pócima ya preparada a base de cicuta, solano, beleño y mandrágora. Se durmió y costó mucho despertarla. Lo hizo muy disgustada: “¿Por qué en mal punto me despertaste que estaba rodeada de todos placeres y deleites del mundo?” Y se dirigió así a su marido: “tacaño, hágote saber que te he puesto el cuerno y con un galán más mozo y estirado que tú.”
También nuestro gran Cervantes se hace eco de este tipo de cuestiones en El Coloquio de los perros.
Sobre la infestación diabólica feminista hay mucho escrito. Es opinión de San Jerónimo que algunos démones se dan a devaneos amorosos. Así interpreta lo que dice el profeta Oseas en la Biblia, quien lo explicaba a su manera: «con su plata y su oro se han hecho ídolos para su propia ruina…todos ellos son adúlteros… han llevado su perversidad al colmo mas yo seré una vara para todos ellos…no amaré más a sus hijos porque son hijos de prostitución…su madre se ha prostituido, se ha deshonrado la que los dio a luz. Decía ella: iré en pos de mis amantes…porque su espíritu de fornicación le ha seducido…»
El asunto posee un interés no solo anecdótico e histórico. Modernamente y por desgracia cierta parte de la población se muestra o actúa como infestada por las drogas, bien materiales o bien mentales o espirituales. Se cree sus propias fantasías o las que interesadamente los media de intoxicación de masas difunden y administran al servicio de los poderes más oscuros o tenebrosos. Así, ya no resulta extraño que las nuevas feministas se muestren como poseídas, actúen sin el más mínimo decoro o pudor o confiesen desear participar en un obsceno aquelarre permanente.
La verdadera condición femenina se ve así ensuciada, degradada, por estas actitudes que demuestran tan poca aptitud.
Es la diabólica subcultura WOKE que hoy asola Occidente y al final puede terminar dando al traste con nuestra civilización si termina destruyendo una de sus bases fundamentales de no ser la más valiosa de todas: la mujer.
La satura de datura
stramonium.
La marea
con ajedrea.
La ‘empodera’ con hedera
helix.
La neurocharosis requiere estudio multidisciplinar con enfoque científico. Es una enfermedad.
Grandes dictadores afirmaron: «la masa es femenina».
Bastante inexacto. Pero los mayores dictadores a raíz de ese hallazgo enfocaron sus esfuerzos en la masa, no mujer, sino mujerzuela.
Y la masa es una charo de rostro cetrino, cuerpo amorcillado y flácido, pelo frito y lengua viperina. Y lo «humanitario» consiste en hacer ‘twerking’ ante un potencial soldado de ‘Boko Haram’ mientras valencianos y valencianas agonizan agarrados a algún sitio para acabar desplomándose agotados entre barro y basura.
Esto debe acabar.
‘Angels’ Barceló: confínate. Haz caso a las Expertas. Es nuestro momento, como garabatearon las arpías de «Igualdad» adictas a las compras. El nuestro, no el de las arpías.