EEUU ha estado gobernado durante cuatro años, tras un sonoro fraude electoral a las pocas horas de ir contando los votos y casi con empate técnico, por un partido político, el partido demócrata, en cuyas filas se suman comunistas, sionistas, satanistas, pedófilos y todo tipo de personajes oscuros como Joe BIden, Kamala Harris y otros que se han encargado de dar vida a la agenda 2030, como única ruta posible en un mundo en que, habiendo controlado casi todos los medios de comunicación, lanzando todo tipo de bulos acusatorios contra sus enemigos, han puesto toda la carne en el asador de unas elecciones presidenciales que han perdido de manera estrepitosa.
Su gran obsesión ha sido hacer realidad el deseo de Albert Pike para que se den las condiciones idóneas de la tercera guerra mundial, financiando a Hamas, provocándose un conflicto en Israel, donde ha reaccionado Irán, incluso con varios ataques infructuosos, la guerra de Ucrania, provocada por la OTAN y Europa, finalmente en febrero de 2022, con la intención de encender la mecha con Rusia. La izquierda no entiende el mundo ni la historia si no hay una guerra, un conflicto entre opuestos, al estilo del siglo XIX, cuando activaron los grupos de protesta al estilo comunista marxista, ateos e intransigentes, creyendo que la única solución era la toma del poder y el cambio de la sociedad y del modo de interrelacionarse, modificando ideologías, aunque sea por ventana de Overton. Las revoluciones de 1830, 1848, meras repeticiones de la masónica iniciativa de la revolución francesa, es el primer paso. La izquierda ha impregnado a la sociedad de su sucia ideología de odio recalcitrante y de deseo de aniquilación de todo lo construido, siguiendo la denostable filosofía de Heguel y del materialismo histórico y de clases de Karl Marx.
La izquierda marxista, habiendo conquistado con el feminismo, el aborto, el LGTBI y todas las doctrinas para dividir a los humanos en tribus enemigas, ha pretendido y desea fundir al mundo en la guerra total, con el fin crear una nueva humanidad, para ver su demoniaco triunfo final, no sabemos si en el final de los tiempos. Cuando en 1871 Mazzini recibió la famosa epístola, que estuvo en el Museo Británico como parte de la exposición, en el nombre de la adoración de Belzebú, se señala que la tercera era la definitiva, se trazó el camino. Parece que a la horda demócrata está al corriente de todos estos planes, así como el Pentágono de los EEUU, la CIA y otros servicios de inteligencia, la OTAN y, diría yo, incluso la UE. Los intereses de las empresas militares en Ucrania han sido y son claves para entender el empecinamiento en la apropiación de los recursos de este país, ente los que destaca el litio, el cual se encuentra exactamente en el territorio que Rusia ha ocupado de este país; existen otros muchos recursos naturales y agrícolas que hacen que Ucrania sea un delicioso pastel. Lo malo de ello es que la lucha por su control no ha sido pacífica ni promete serlo, en un momento en el que se impone el multilateralismo, de los considerados satanistas puros, y los conservadores que ven como un peligro tanto la agenda 2045 como sus 17 dictatoriales y fascistas puntos o programas para crear un mundo perfectamente diabólico, algo que otras corporaciones de poder no acecpan como tal al considerar el despertar de la conciencia humana ante la existencia de lo satánico como algo real, como el mayor peligro para sus intereses, algo que ya está empezando a suceder.
Si tenemos en cuenta la red clientelar generada, la enorme cantidad de ONGs, organizaciones que viven de mamandurria, se han encargado de regar con mucho dinero, tal como hicieron por parte del partido demócrata para convencer al supuesto e inculto votante norteamericano de que era mejor votar a Kamala Harris porque iba a defender sus derechos, así como el aborto o el feminismo, porque a esta horda le da la economía o el grado de empobrecimiento de la población o sus condiciones de vida una importancia anecdótica, fijándose más que nada en los detalles externos, como si esos estúpidos signos wok fuesen importantes. Deseaban convertir a EEUU en un país comunista y dictatorial, y casi lo consiguen.
Pero el pueblo norteamericano, que no es estúpido, voto a Trump, harto de tanta falsa política y muchos los actorcitos de Hollywood salieron llorando de manera desesperada como si fuese el fin del mundo, siendo que ahora introducirán en el gobierno una serie de secretarios de corte mal llamado negacionista del cambio climático, el aborto, el feminismo o la censura en las redes sociales. En otras palabras, la izquierda, las hordas comunisto-fascistas están que arden y antes de irse quieren encender la mecha. Ya han intentado asesinar a Trump en dos ocasiones y eso no es propio de ángeles de la caridad ni de luz, sino lo contrario.
Un decrépito y demente Joe Biden se despide autorizando en Ucrania el uso de misiles de largo alcance para atacar objetivos rusos, porque no soportan que haya paz. ¡No es difícil imaginar la cantidad de miles de millones de dólares que van a perder cuando Trump ponga punto y final a la guerra de Ucrania, o la debilidad de sus fuerzas si EEUU opta por retirarse de la OMS, sus venenosas vacunas en experimentación, las mafiosas medidas de la ONU en todos los aspectos, en cuanto a la infancia para autorizar la pedofilia, la justificación del daño hecho al planeta tras décadas de experimentos de geoingeniería con más muertos potenciales que la misma plandemia del covid o el simple hecho de que la gente despierte, abra los ojos y vea cuáles son nombres de sus potenciales asesinos! Estos sujetos, que no soportan la debilidad, ni dentro de sí mismos, prefieren no rendirse y prefieren morir haciendo estallar la bomba, aunque sea lo último que hagan. Esta es la infernal calaña moral de Kamala y BIden, así como de Madeleine Albright, muy amiga de Pedro Sánchez en sus tiempos de aprendiz de las malas artes de la política, poco antes de ser auxiliado para reconquista la secretaría del PSOE tras ser pillado con urnas trampas detrás de la cortina.
Biden, capaz de crear la aniquilación del planeta, con tal de llevarse su gloria al infierno, porque es donde sólo puede ir, ha hecho ya todo lo que debía y ya le quedaba sólo un cartucho, el objetivo real de toda su acción política, pensada desde 2020 cuando fue elegido presidente de los EEUU.
Una vez más nos muestra la historia los peligros del mundo en el que vivimos, como bloques enfrentados, donde todos se disputan el poder del planeta y de nuestras almas y mentes; la noticia del permiso de Biden no es sorprendente. Sólo queda que Zelensky sea lo suficientemente inteligente para no caer en la trampa de su propia destrucción y que Trump lo suficientemente astuto como para saber dominar a estas bestias que tendrá que encerrar entre siete llaves, pero que haga un favor, que las saque de Europa antes de que la UE sea el futuro infierno y de control de las élites satánicas.
Lo malo de ello es que Trump puede ser el instrumento perfecto para llevarnos al desastre. El demonio sabe muy esperar para dar su golpe final y jugar con las piezas, a menos que triunfe tanto el amor como la inteligencia, algo de que esta horda de bárbaros carece por completo.
Magnífico trabajo. Mi enhorabuena a su autor.
Veo la creación de los bricks, la creciente hiper censura en las redes sociales y el protegido fomento del islam como otras tres estrategias más, convergentes con las aquí señaladas para la bipolarización mundial pre Tercera Guerra. A Zelenski lo veo como un pelele fanatizado incapaz de hacer nada por sí mismo
Los presidentes no son elegidos por el voto, son elegidos por las élites, ponen en cada ocasión al que más les interesa, yo no confío en Donald Trump ni en ninguno, todos sirven al mismo am o y son payasos en el mismo circo, ojalá me equivoque pero para mi no existen derecha ni izquierda, todos son la misma mierda y la agenda va a seguir.