En la era de la información, paradójicamente, el ciudadano está más desinformado que nunca. Eso sí, a través del teléfono “implantado”, como una parte más de su anatomía, consume megadosis de paja, en forma de noticias, chascarrillos, comentarios y opiniones de los formadores de la opinión pública, que el algoritmo les sirve en bandeja, y no precisamente de plata. ¡Y los bulos!, tanto presentes como históricos. Suelo decir que casi todo lo que nos han contado o es falso o está tergiversado; es decir, desinformación pura, de la buena; antes y ahora. Los bulos del Poder son los más abundantes, y también los más letales.
El homo videns de hoy, como Giovanni Sartori definió al sapiens, está completamente intoxicado de estímulos que no llega a procesar, lo cual lleva a la confusión mental y a una falta de reacciones y acciones ponderadas y lúcidas. Por eso vemos “manadas” de gente inactiva, como dopadas, que ante una “señal” en la frecuencia requerida y un eslogan meditado bien dirigido al sistema emocional colectivo, irrumpen en las calles con la rabia de los perros o los gallos de pelea. No saben que están siendo estimulados como los ratones del experimento en la caja.
Por todo esto –y algunas causas más que omitimos aquí—el ser humano de hoy está confundido, en las nubes, colgado de un guindo, a merced de engaños diseñados y mentiras programadas. No tiene ni idea de por qué ocurren las cosas y, sobre todo, para qué. Pero no le importa si puede seguir sesteando. Ignora cómo se diseña y ensaya en las cloacas del Sistema a fin de que la función sea perfecta y el público aplauda la mentira. El ser humano de hoy es mucho más manipulable que el de tiempos pasados y, por tanto, mucho más vulnerable. Los poderes han conseguido una sociedad hedonista, dependiente de lo superfluo, pendiente de recibir órdenes y normativas, que aún no se ha enterado de su esclavitud de cadenas invisibles, pero pesadas; tal como figuraba en los sueños megalómanos de quienes dirigen el devenir de la historia; ayudados por los psicólogos que, en honor a la verdad, han investigado sobre la conducta humana no para su beneficio en la evolución, sino para su dominio y control. Estas palabras de Frederic Skinner son muy significativas: “Podemos conseguir un control, bajo el cual los controlados, no obstante, se sientan libres, aunque estén siguiendo un código mucho más escrupulosamente que el que nunca existió bajo el viejo sistema”. El control augurado ya se ha conseguido. ¡Y de manera completamente silenciosa! También vemos cumplidas las palabras del amigo Will Cooper cuando hablaba de “armas silenciosas para guerras tranquilas”.
¿Fue un arma silenciosa la causante de la catástrofe de Valencia? ¿Estamos viviendo una guerra tranquila? Este tema tiene tantos frentes que requiere varios análisis para empezar a entender un poco o, al menos, plantear hipótesis de trabajo razonables y lógicas. Sin embargo, se está yendo a lo fácil, a hablar por hablar para llenar los espacios de noticias y tertulias. Los periodistas y opinadores, la gran mayoría adscritos al régimen y, por tanto, en román paladino, comprados, marean la perdiz y entretienen a sus oyentes con temitas sobre las cañas y las plantas protegidas en los cauces, el no haber cumplido con el plan hidrológico, las gotas frías de siempre, que si tuvo la culpa Mazón por estar en una comida negociando la dirección de la televisión autonómica, la AEMET por no alertar a su debido tiempo o dar información confusa, o el gobierno central por su inacción y no enviar al ejército. No está mal como entrante, pero no me negarán que son tópicos de guardería o de barra de bar. Ni una sola alusión a lo mollar y ni siquiera una pincelada sobre geoingeniería. ¿Dónde están los periodistas de investigación? Ah, es que hay temas tabú sobre los que está prohibido hablar. Así están los medios de comunicación: al servicio de los intereses del sistema, y al ciudadano ¡que le den!
Referente al número de muertos, todos parecen conformarse con la cifra oficial controlada por el gobierno: 223. ¡Bulo gubernamental y mediático! Son muchísimos más, pero han emprendido una caza de brujas contra quienes discrepen de esta cifra. Y lo sangrante es que son los propios periodistas quienes fungen de cazadores. ¡Qué vergüenza! Quizá nunca sabremos los que desaparecieron entre el barro, los escombros y en el centro comercial Bonaire. Creo que este caso, al que deberíamos considerar como atentado terrorista, pasará a la historia con miles de lagunas y embrollos, como el síndrome tóxico, la covid o el 11-M, en los que todo parecido con la realidad es pura coincidencia.
Por si esto fuera poco, gobierno y oposición se han dado la mano y han firmado un “pacto de silencio” o de no agresión, para no echarse en cara las causas de la catástrofe y su gestión. Pacto de silencio vergonzoso, contra los muertos, los supervivientes y el país en general. Un pacto de silencio contra la verdad. Y no es por ética y estética, sino por los chantajes de siempre, los dosieres, lo mucho que tienen que esconder. Una traición al pueblo.
Sánchez está feliz como una lombriz con su “baracah” –bendición divina entre los musulmanes—, que diría Felipe González, y su equipazo de fanáticos izquierdistas/golpistas, que son unos genios organizando manifestaciones y controlando relatos, mintiendo como bellacos, disfrazando la realidad. Todo parece salirle bien a este híbrido de humano-reptil, psicópata/sociópata, sin una nanopartícula de empatía. Nada en él que pueda aprovecharse. En cinco años ha conseguido un grado de control de las instituciones a través de la corrupción, muy superior, en tiempo, a lo que a otros gobiernos comunistas. Y como la desgracia de los demás es su suerte, la catástrofe de Valencia, sobre la que han tendido un tupido velo, le ha venido de perlas al felón. Estos días, apenas se habló de Delcy Rodríguez, sus cuarenta maletas y el oro de Turquía, las tramas de la banda gobernante con un buen lote de casos abiertos, cuyo número 1 es el propio presidente, de la que forma parte, si no todo, unos cuantos del Ejecutivo y personajes cercanos: Ábalos, Marlaska, el portero de puticlub, el hermano flautista, la de la cátedra sin título, el amigo de los aviones, y los miles de millones que, presuntamente, tienen por ahí a buen recaudo. Sin contar el tema de las drogas y los millones emparedados, que ese es otro filón que acaba de empezar.
Lo que no se puede entender es la predisposición de Alberto Núñez Feijóo al buen rollito con su enemigo, el enemigo de España y, si me apuran, del mundo. ¿Estarán de acuerdo los votantes del PP y cuantos han puesto algún tipo de esperanza en una alternativa a la corrupción, al separatismo, a la dictadura orwelliana que padecemos? Esta actitud tan extraña, dado que el gallego tiene la sartén por el mango, es una irracionalidad total, un disparate político. Se están repitiendo viejos esquemas de buenismos y traiciones. Una vez más, el PP ha sido engañado por los trileros socialistas. ¡Y no espabilan! Quizá tengamos que preguntarnos si Feijóo, aparte del supuesto chantaje, está recibiendo órdenes de otro tipo de poderes y cumpliendo consignas impuestas como, en su día, le ocurrió a Mariano Rajoy. No sé, pero o endereza el paso y rectifica o a Feijóo no lo salvará ni el Apóstol.
Para terminar, pasados casi quince días, desde la publicación del artículo “Dana de Valencia: la manipulación del clima como arma de guerra”, debo añadir algunas claves más, que quizá nos ayuden a despejar algunas incógnitas como el por qué y el para qué de esta catástrofe creada a propósito.
La superputa seudoreina Leticia después de mancharse la cara con barro,se ducho en el hotel,fue a una joyería y se compró los pendientes más caros,luego cogió un avión y se fue a París a follar con su maromo,que sensible y solidaria!.
En Valencia robaron 300 jamones,si…estuvieron a los delincuentes es decir a los menas…ayer:están cargando jamones desde un coche al interior de la Subdelegación de Defensa de Madrid en la Calle Quintana, 2 de Madrid.
El pacto de las donaciones de la cruz roja,ya sido repartido entre muchos,todo lo donado relacionado con conservas y medicamentos a ido a Ucrania para la granja de niños situada en búnkeres subterráneos:gestación subrogada y venta de niños y de sus órganos.
Son 75 poblaciones afectadas,en todas ocurrió lo mismo,y solo hay 200 muertos? 2’6 fallecidos por población?,en serio?.
Por las autopistas de Valencia circulaban miles de coches…ningún conductor fallecido?…
El Gobierno negó la ayuda como el Fema de los EEUU por gobernar el PP,a decir verdad gran parte de los afectados votaron al PSPV…los que se manifestaron.
Primero derribaron los muros de contención los planos de reconstrucción ya estaban hechos y ahora dicen que para reconstruirlo todo se necesita mano de obra y que traerán más inmigrantes,por eso los presupuestos y las ayudas son para los inmigrantes.