jueves, septiembre 19, 2024
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¿Recuerdas las imágenes…? Por Ángel Núñez

¿Recuerdas las imágenes de la apertura de los juegos olímpicos de París en las que una mujer obesa (representando tanto el feminismo como los movimientos LGTBI) presidía una mesa como si fuese la última cena de Miguel Ángel, la burla a la revolución francesa de 1789 con María Antonieta hablándonos con la cabeza cortada sobre sus dos manos, el ser sin rostro que recorre toda la escena y que guía a todos los jugadores como un ser oscuro, el cual comienza su recorrido en un oscuro puente que simula el viaje al mundo  de los muertos, los papeles rojos lanzados desde las ventanas de la Bastilla emulando el color de la sangre, el ser azul que aparece en una bandeja como un ser diabólico y emulando a un dios pagano de la vieja Grecia clásica, a la imagen del toro (vieja divinidad minoica), las imágenes del dios Baal, el baile sobre fondos cuadriculares blancos y negros (puramente masónicos) cayéndose muertos como si se hubieran vacunado y, de repente, sus corazones dejaran de latir o la imagen del trans con unos de sus… fuera mientras una niña baila a su lado, todo ello sin contar que tienen que nadar en las repulsivas y hediondas aguas del río Sena? Está claro que es un culto a Lucifer y un rechazo al cristianismo, del que hacen mofa descarada, sin tipo de complejos ni de vergüenzas, con total descaro. ¿Cuál fue la declaración del papa Francisco sobre ello? La gran pregunta es por qué no sacaron una burla sobre Allah o Mahoma y la respuesta es bien simple. El partido que ganó las elecciones es el Frente Popular y, claro, a los musulmanes no se les toca ni se les provoca y eso, según dicen, es de valientes, perdón, progres.

Parece que en Francia se ha impuesto un régimen de corte sionista en el que Macron sabía que la solución era adelantar las elecciones legislativas y, amparándose en el sucio sistema representativo, elegir los miembros del parlamento francés, de modo que el partido del sionista Macron y del otro también, Mélénchon, se pusieran de acuerdo para impedir que el Frente Nacional ganara y pusiese de manifiesto la realidad de un país que se deshace en pedazos. Y es que cuando un delincuente se ve pillado tienen que ocultar las pruebas para que no se vean sus crímenes.

Una vez que la hazaña se logró, ahora sólo queda disfrutar de la victoria, no sé si tramposa o fraudulenta, y hacer valer la voluntad de la izquierda. Según Hazte oír ha surgido un incidente cuando menos curioso, pero que describe el ambiente progre y dictatorial de Francia. Un autobús circula por París en protesta por los ataques a la religión cristiana, lo cual parece incomodar a las autoridades y, hete aquí que unos policías, por encargo de las hordas ideológicas de la cultura woke, lo pararon a punta de pistola y ordenaron que bajaran sus seis integrantes, de modo que fueron esposados y llevados a un calabozo. ¿Recuerdas como trataban durante la revolución a aquéllos que se oponían a los ideales de este glorioso levantamiento, qué están haciendo en Venezuela con los que protestaron contra su nauseabundo dictador Maduro o qué propone el gobierno laborista contra los que organizan manifestaciones por la inmigración ilegal de seres luz o han sido vistos en estos actos que llaman de extrema derecha, al más viejo estilo de los nazis, cuando se sabe que la falta de libertad de expresión es propia de regímenes fascistas? ¿No existe un vínculo en estos tres ejemplos?

Es como si en Francia gobernaran las mismas hordas que, bajo encargo de los Rothschild, se encargaran de echar abajo todo el viejo régimen y ordenaran la creación de un nuevo sistema dictatorial bajo sus premisas y falsos valores. No deja, por lo tanto, de ser un acto meramente simbólico, bajo la excusa de ser una manifestación “no autorizada”, cuando sí lo sería si algunos celebrasen una medalla de oro o celebraran el día del orgullo o se manifestaran los inmigrantes británicos porque se sienten discriminados por los ingleses, lo cual sería justo y legítimo. Del mismo modo, al tenista Djokovich le han retirado la medalla de oro por mostrar un cristo durante el partido a todas las cámaras, desafiando la censura del nuevo régimen psico sionista, ponerse de rodillas para rezar a Cristo o decir en voz alta que Dios es grande. Basten estos dos ejemplos como pruebas de como la religión del satanismo se introduce en los tribunales, como hizo la inquisición, y busca castigar a quien decide insultarla. Considero conveniente que haya otros que osen criticar a la religión musulmana, pues, no se sabe si es que van de la mano o por circunstancias (ante el poder que van tomando estos colectivos en Francia) conviene que formen parte de las áreas de influencias y sean configurados como los nuevos grupos nacionales a los que los políticos necesiten consultar sus medidas, ya que, como se sabe, los que nos gobiernan no son más sabandijas y parásitos que necesitan a los de pueblo para sostenerse en el poder, del mismo que los que hicieron la revolución y guillotinaron a Luis XVI y a toda su familia se alimentaron del odio del pueblo de Francia.

No nos movamos entonces del sofá, no ya para ver los aburridos juegos olímpicos, sino para contemplar como la chispa de la revolución woke y sus libretos, todos escritos con el mismo guion (defensa de los seres de luz, odio hacia los nacionales que son vistos como de extrema derecha y seres llenos de odio y muy violentos, muy, pero que muy peligrosos, tolerancia cero a la laicidad y a la nulidad de las religiones (salvo de la suya, obviamente), y mucho, mucho amor, como aquél de la época de los hippies, acogiendo a todos, todas y todes, porque la sociedad nunca ha sido lo suficientemente inclusiva ni tolerante), se repiten y son emitidos como los discursos de Hitler en los pasillos de los colegiales para que los niños alemanes supiesen quién era su Führer. 

Lo malo de ello es que tal vez llamen a nuestra puerta o nos señalen con el dedo de que somos antisociales y fachas, razón por la que nuestra obligación es defender nuestro modo de vida frente a quienes, según parecen, desean invadirnos de mejor manera que los otomanos o los árabes cuando tomaron la España visigoda.

¡Viva la libertad de pensamiento y abajo la dictadura de la agenda 2030!

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