viernes, noviembre 22, 2024
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Despotismo y desolación

Por Alfonso de la Vega

La actual degradación de la Monarquía borbónica recuerda las sublimes cotas artísticas de gloriosos antepasados como Carlos IV, María Luisa de Parma o Fernando VII  y se manifiesta en muchos frentes. Pero en los desastres actuales ni siquiera cabe la disculpa de un Napoleón externo puesto que nuestros próceres empezando por el Jefe del Estado y Su gobierno se bastan y sobran para promover las peores calamidades. Entre ellas y en un suma y sigue no exhaustivo podemos recordar:

Anulación de lo positivo de la muy deficiente Constitución. Así por ejemplo, se vulneran sin consecuencias los derechos constitucionales como la libertad de expresión, circulación o imprenta estableciendo la censura sin control judicial.  Ni siquiera se disimula la no separación de poderes con un «tribunal político» al servicio en la práctica de los delincuentes golpistas y socialistas, o la desigualdad jurídica ante la ley. Se establecen aberraciones jurídicas como el delito de odio o la quiebra de la presunción de inocencia…

Ni se cubren las formas democráticas más elementales como la aprobación de presupuestos para legitimar la acción del Ejecutivo, al que resulta exagerado e inexacto calificar de «gobierno». Por no hablar de establecer y consolidar súbditos con diferentes derechos y obligaciones según pertenezcan o no a taifas privilegiadas.

La adopción de políticas criminales y liberticidas como la agenda 2030 cara a la implantación del NOM y la ruina de España.

La perpetración de leyes inicuas al dictado y en beneficio de los delincuentes, modificando a su gusto el código penal si fuese conveniente.  Y si falla lo anterior tribunales ad hoc sueltan a los condenados. 

Protección de ladrones, criminales y del golpismo supremacista que pretende romper la nación con el beneplácito o complicidad del poder.

La terrible e imparable invasión de millones de ilegales violando nuestras fronteras no solo consentida sino también fomentada desde el poder y en provecho de las mafias criminales de la trata.

Unas Fuerzas Armadas al servicio de potencias extranjeras e históricamente enemigas de España, que no defienden nuestras fronteras y nos colocan en grave riesgo bélico por conflictos ajenos o incluso opuestos a nuestros legítimos intereses o necesidades.

Anulación o manipulación de las Fuerzas de Orden Público en su teórica lucha contra la delincuencia que cada vez prospera con más y mayor intensidad e impunidad. En algunas zonas el narcotráfico parece dominar vidas y haciendas. 

La creciente sospecha de pucherazos impunes que vulneran la transparencia y legitimidad electoral. El reciente escándalo de Venezuela nos muestra que no es posible mantener indefinidamente la dictadura con votaciones incluso cuando reina el fraude electoral.  Ahora estamos en ese mismo proceso en el que la dictadura al final se afianzará desechando incluso el paripé electoral.

Promoción de fuerzas destructivas de la familia y de la sociedad como el neo feminismo cainita, hipócrita, destructor de la familia e incluso asesino.  O la transexualidad incluso entre la adolescencia. O el fomento de la degeneración en las costumbres y frivolización del aborto o la próxima aceptación de la pederastia.

El descenso en la jerarquía internacional de países avanzados hasta cotas cercanas al tercermundismo.

Políticas económicas al servicio y granjería de los grandes monopolios que controlan al Régimen borbónico y en detrimento de la sociedad. La carencia de políticas sociales que agravan la situación de muchos súbditos. En educación, vivienda o política agraria, energética, hidráulica… .

El complot contra la clase media, que constituye la base de una sociedad avanzada o en progreso y bienestar.

El menoscabo cuando no anulación del derecho de propiedad fomentando la ocupación de viviendas o el asalto a ciudadanos.

La depauperación y ruina creciente de la clase trabajadora lo que no deja de ser paradójico sea perpetrada por «el partido de los parias de la tierra y la famélica legión».

El sabotaje por corrupción o dirigentes ineptos de instituciones básicas de interés general como FFCC, Correos…

El avivamiento de sentimientos contra el turismo, una de las patas económicas más resistentes hasta ahora del tenderete. Forma parte de la política de enfrentamiento entre regiones perpetrada por el poder. Y ya es lo único que faltaba en muchos lugares para terminar de arruinarlos.

Una falsa oposición correligionaria y cómplice de las fechorías gubernamentales, cuya ambición se reduce a un «quítate tú que me pongo yo».  

Ante la gravedad de lo que sucede algunos pocos jueces protestan pero no con la contundencia requerida, de manera que para el ciudadano no jurista ni experto en “considerandos” ni “otro sí digos” al cabo todos formarían parte del mismo contubernio, por acción o por omisión. Por desgracia para España, para la Justicia y para ellos mismos los buenos jueces aparecen, como Gary Cooper, solos ante el peligro. No se entiende muy bien que el supuesto tercer poder del Estado no se defienda ni tampoco  defienda a sus miembros más honrados o valerosos, que pese a todo intentan cumplir con su deber pero que parecen hallarse en total indefensión ante la insolidaridad o indiferencia de sus compañeros. Si la dictadura se enroca definitivamente nadie, ni tampoco ellos, va a estar ya a salvo.

Y para terminar, la sensación de absoluta indefensión de los españoles que ven como su querida patria se ve abocada al abismo sin que ninguno de las onerosas instituciones de la Monarquía les defienda, ni tenga trazas de hacerlo. Sin embargo, lo que hoy se trasluce es que nuestros próceres, empezando por Su Majestad, buscan su propio lugar en la dictadura. Ni la Corona, ni la judicatura mediante procesamientos y sentencias, ni la presunta oposición parecen dignarse a hacer nada antes de que la sombra del despotismo más devastador cubra a España como un sudario.

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1 COMENTARIO

  1. Ante la gravedad de lo que sucede algunos pocos jueces protestan pero no con la contundencia requerida, de manera que para el ciudadano no jurista ni experto en “considerandos” ni “otro sí digos” al cabo todos formarían parte del mismo contubernio, por acción o por omisión.

    Lo del otro sidigo es una destrucción de la gramatica considerable porque se puede decir además, utilizar el otrosidigo es de ser un soberano GILIPOLLAS aparte de que se abusa de su uso. El que una denuncia o querella lleve este palabrejo debería dar lugar a tirar la denuncia o querella a la basura por no usar el castellano. Y no es que parezca lo es y un jurista precisamente debería hacerselo ver que tienen resonsabilidad les giste o no, el que no sea jurista es el que no se entera, pero el jurista no el cuentista que es lo que tenemos aqui mucho cuentista y poco jurista debería recalcarlo que son responsables por no aplicar ni el sentido común, la jerarquia normativa y violar su juramento constitucional y de servidor publico. Por ejemplo con el tema ocupación, todavia estoy esperando que me diga algún jurista que Ley permite que te ocupen tu casa y te roben, nadie me dice ni Ley ni articulo porque no existe. Pero si existe en la CE el articulo que dice que el domicilio es inviolable y el derecho a la propiedad privada. Y el domicilio no es donde vive uno habitualmente sino donde reside, debería llamarse residencia. Así que no, no es que pueda parecer es que lo es y no solo con el tema falsemia sino con muchas más cosas. El delito es usurpación de funciones, dejación, prevaricación y dolo. Podemos sumarle secuesto, coacciones y robo a los que condenan ilegalmente cuando ya no tienen jurisdicción por su acción u omisión, deben ser relevados.

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