Centristas por el socialismo

Por Alfonso de la Vega

Entre los plumillas agradaores o más ditirambo alabanciosos del partido de centristas por el socialismo empiezan a correr la desesperanza y el desaliento. Constatan que sus favorecidos no dan una a derechas, ni ya tampoco a centro pero muestran una inusitada querencia zurda, pero sobre todo a la estulticia más entrenada y autocomplaciente. Por orden de la bruja Von Trinken se suelen alinear con el social comunismo globalitario de los que resultan apenas distinguibles solo por los muy expertos en etología comparada.

En ocasiones es como la Parrala o la bien pagá. Una veces me dices que sí y otras que no. El lector recordará la bronca que le montaron a VOX cuando decidió decir basta a la terrorífica invasión de indeseables perpetrada al alimón por las mafias de trata y el gobierno de Su Majestad. Que en vez de proteger las fronteras y promover deportaciones masivas se dedica a alojar a los invasores en hoteles con paguita y todo. Los españoles que con el pertinaz socialismo apenas pueden permitirse una semana de vacaciones pagan las indefinidas de cuanto extranjero sin oficio ni beneficio violador de nuestras fronteras quiere asentarse en nuestros lares. El doctor falsario se ha ido a dar una vuelta por África para promocionar las delicias del reino de España como paradisíaco destino del floreciente negocio del turismo de patera. No deja de ser curioso incluso en este esperpéntico reino que mientras que la moda de este verano sea promover el sabotaje al turismo interior entre comunidades, incluso insultando a veces a los forasteros, se favorezcan las invasiones «todo incluido» pero pagadas obligatoriamente por los súbditos.

Pero por si acaso vuelve a haber votaciones ahora toca demagógico repliegue de velas y “donde dije diego”… el PP carece de ideología ni de principios. Sin embargo, su querencia izquierdista de apoyo real al social comunismo globalitario se disimula cara a la galería con sendas mozas de aparente rompe y rasga e imitadoras de las rebeldes María Pita o Agustina de Aragón, cuando en el fondo son más de lo mismo. No hay diferencias sustanciales entre lo que hace una Ayuso en Madrid o un Moreno Bonilla en Andalucía y lo que perpetraría el socialismo fetén con pedigrí de la CIA.

Como decían ciertos divertidos cómicos «mañana hablaremos del gobierno«, pero hoy recordaremos un acaso verdaderamente lamentable como es el del líder socialista popular en Andalucía, que responde al nombre de Moreno Bonilla y cuyas mañas, pese a pertenecer a una banda dinástica rival, apenas resultan distinguibles de las anteriores de la PSOE propiamente dicha.

No se entiende muy bien del todo la querencia masoquista del votante andaluz, aunque quizás tampoco muy diferente del sufrido del resto de España. Al parecer no escarmienta. Una de las primeras acciones del tal Bonilla fue montar un tinglado de alto rango taifal para instaurar la terrorífica Agenda 2030. Algunos lo criticamos en su momento pues nos sorprendiera el desparpajo y premura con la que empezaba ya a traicionar a sus votantes: “La primera medida del señorito Bonilla encaramado en la cucaña andaluza ha sido establecer la pomposamente llamada  Comisión Delegada para la Agenda 2030 cuyo prócer agraciado ha resultado ser José Repiso. En tal oportuno y filantrópico saco se mete todo lo que exija el guión globalitario, en cuanto políticas neomarxistas progres, en línea similar a lo proclamado por la inoportuna lenguaraz Guardiola, la impaciente.  Cuestiones como los derechos humanos, la igualdad de género, las invasiones o las posibles acciones a desarrollar frente a la emergencia del cambio del clima climático climatizable.”

Pero ahora está sufriendo las consecuencias de tanta frivolidad e irreflexiva actuación y carece de legitimidad para protestar. Con decenas de miles de posibles invasores en espera, el falsario le está mandando abundantes remesas de MENAS, eso sí casi todos más bien talluditos, algunos casi parecen en edad de próxima jubilación y otros asaz fornidos en disposición militar para un futuro ejército quintacolumnista para cuando llegue la ocasión.  De modo que el sufrido pueblo andaluz en el pecado lleva la penitencia y por si no tuviera aún suficientes parásitos así puede disfrutar mejor de las exquisitas delicias agendistas y del NOM patrocinadas por el PP, la presunta alternativa que resultó vulgar alternancia.

Claro es que con el sucio negocio de los MENAS se mueve y blanquea mucho dinero público “que no es de nadie” y da para muchas mordidas o coimas entre esforzados servidores públicos, chiringuitos amigos y mafiosos en general. Pudiera convertirse en la granjería continuación de los ERES, timo de la estampita socialista, ya demasiado visto y desacreditado.

Moreno Bonilla forma parte singular de la pintoresca biocenosis del equívoco multicultural y poliamoroso ecosistema pepero de centristas por el socialismo o de aduaneros sin fronteras. Ni carne ni pescado, sin anterior oficio ni beneficio salvo ordeñar presupuestos, todo vale para el convento. De lealtad inquebrantable e indestructible adhesión primero a Mariano, luego a Soraya, la piolinera. Luego a Casado antes de ultimarlo y ahora fidelísimo querencioso de Feijoo. Se trata de otro socialista nacionalista tribal más, como el propio gallego, al que pese a sus actuales disimulos patrióticos España le produciría sarpullidos.

El patio de Monipodio andaluz necesitaba un relevo para lavar la cara y ya era conveniente renovar hampones, escribanos y corchetes. Para muchos observadores Bonilla muestra la imagen estereotipada y anticuada del congregante mariano de buena familia que luce su figura arrogante de pelo engominado, siempre dispuesta y solícita a perpetrar las fechorías que no puedan seguir haciendo las repugnantes zurdas españolas. Que para eso han quedado nuestros heroicos próceres peperos, como «imaginarias de igual servicio» del insaciable rojerío borbónico.

El Régimen se basaba en el contubernio impuesto contra natura entre socialistas y Borbones. A partir del terrible atentado golpe del 11M los socialistas deciden quedarse con todo el botín ellos solos y el Régimen borbónico se encuentra renqueante y casi moribundo. En esta fase terminal ni siquiera se molesta en dar alguna apariencia de legalidad o sometimiento a su propio ordenamiento jurídico o constitucional. Un tremendo escándalo tapa al anterior y es tapado por el siguiente en un interminable e insufrible Suma y sigue. De modo que el PP se ofrece como nuevo socio para apuntalar el tenderete.  Como relevo en la corrupción y la degeneración del Régimen. Pero mal se queja quien se deja, y si encima ha hecho gala de sumisión, lo suyo quizás ya no tenga remedio.  Y lo nuestro desgraciadamente tampoco.