jueves, noviembre 21, 2024
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John Doe (Adrián): tus amigos no te olvidamos

Ni por supuesto tu pobre madre, a la que algunos de nosotros fueron a ver en el funeral y a darle el pésame personalmente. La verdad es que estamos satisfechos de que nuestros homenajes estén sirviendo de consuelo a una mujer que ve que no está sola en el duelo, ya que amigos muy especiales de Adrián como Kat u Óscar han llorado su pérdida como si fuera un amigo de toda la vida. Yo también lo he sentido mucho y siento, sobre todo, esa pérdida de esa madre cuyo dolor no viene del otro día. El pobre John arrastraba una enfermedad de tipo mental desde hace mucho tiempo de la cual el episodio del otro día ha sido la culminación, pero nadie como esa pobre madre para atestiguar lo que es el duelo constante de tener que cuidar de un hijo tan gravemente enfermo. Esto no tiene nada de morboso ni de intrigante ni de nada: sólo los enfermos pueden verse atraídos por este tipo de historias, pero los que conocimos a John apreciamos lo que nos dio mientras vivió y que ha sido mucho. Su carácter afable y bondadoso, su pureza y su ingenuidad o su divertida inteligencia, que demostró en toda su intensidad en esos programas con Óscar y compañía. Directos a los que no siempre pude ir y que eran divertidísimos y muy útiles.

 

POR FAVOR: QUIENES QUIERAN ENVIAR MENSAJES DE CONDOLENCIA PUEDEN ESCRIBIRNOS A OSCAR O A KAT O A MÍ EN TELEGRAM EN @Bezanaismyway

 

 

Todo esto lo digo desde el corazón, pero también desde la experiencia de haber sido yo mismo una persona con problemas psicológicos, que me han marcado también por demasiado tiempo y con todo lo que eso ha significado para mí: problemas en mi familia, problemas en el trabajo, problemas con mi pareja, problemas son los juzgados y hasta con condenas de cárcel… Problemas. Y lo peor es que mi entorno cercano ha tenido que pagar conmigo por todo eso y yo siempre me acuerdo de las madres. Y de los padres también, por supuesto. Ellos nos crían con todo el amor y refugio en el mundo y con la única ambición de que seamos felices y que queramos mejor que ellos, a poder ser. Pero, desgraciadamente, estas cosas existen y no son culpa de nadie.

 

Como digo yo, cuando uno tiene una enfermedad física como un cáncer o es invidente o cualquier cosa, pues nadie se mete con esa persona, lógicamente. Pero cuando uno tiene un problema de estos pues parece que hay carta blanca para confundir el carácter con otras cosas que no tienen nada que ver con eso y que pueden ser enfermedades y trastornos y problemas psiquiátricos y psicológicos de todo tipo. Y eso es lo que no deberíamos seguir haciendo en el siglo XX, igual que si fuéramos gente del medievo persiguiendo brujas.

 

Lo que ha pasado con nuestro querido amigo y compañero John Doe no es nada extraordinario ni mucho menos malo. Estamos hablando de una persona que tenía problemas psiquiátricos, como atestigua en primer lugar su pobre madre. Y no hay que sentirse avergonzado ni tomárselo como algo raro ni mucho menos. Es la explicación simple y pura de lo que ha pasado y pedimos por favor, desde el entorno íntimo de esta familia y de estos amigos, que no hagamos ni caso de los verdaderos trastornados que se están dedicando a hacer un circo de esto tan lamentable como sea posible. Gente que no fue al funeral ni se preocupó de nada de esto, pero que todavía tienen la poca cabeza y la nula sensibilidad de estar molestando a los amigos de John Doe y hasta inventándose historias para no dormir y todo para hacer la audiencia o para satisfacer su propio morbo o ansias de protagonismo. De todos modos, ya se está registrando todo esto por si hiciera falta el día de mañana exigirles responsabilidades de algún tipo a algunos de estos personajes sin escrúpulos. Está muy feo hacer un circo a costa de una víctima y más en estas circunstancias, pero tampoco quiero entretenerme en darle más importancia a estos temas banales.

 

Lo que quería hacer aquí era un nuevo homenaje, que haremos más, y agradecer a Special Kat y a otros amigos que se han desplazado desde sitios muy lejanos hasta Lugo para dar el último adiós a nuestro amigo y compañero. Una persona que por sus virtudes y cualidades hubiera podido ayudar muchísimo a nuestra causa, que ya lo hizo, enfrentándose a algo tan oscuro y terrible como el poder en su máxima expresión. Es, por tanto, muy de agradecer y admirar la actitud valiente y comprometida de John en todo esto y sus ánimos y cariño hacia los que estábamos junto a él en esta extraña e incomprendida lucha por un mundo mejor.

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