Por Alfonso de la Vega
Resulta evidencia de razón para cualquier observador lúcido que la política del imperio es un museo de los horrores ¡Cómo será la cosa cuando hasta el mismo Trump incluso pueda considerarse como una especie insólito y virtuoso mirlo blanco!
Hay gentes con doble militancia partidaria que responden a intereses comunes más profundos. El partido republicano puede alardear de toda una pléyade histórica de indeseables como los famosos RINO, los siniestros Bush, padre e hijo, los viejos Kissinger, Rumsfeld, la Rice… Pero lo del partido demócrata ya es un acabose imposible. El viejo partido del KKK se enorgullece de los Clinton, los Obama, la Albright, la Nuland, la Pelosi, Podesta, los Biden. Y si la convención demócrata de agosto no lo remedia ni Obama impone a Michele, como gran promesa para el desastre definitivo está la Kamela Harris, una trepa, corrupta y “señorita de compañía” en el pasado no tan remoto. Todo un brillante currículo ajeno a la virtud, atributo del alma que por lo que vemos no deja de ser un obstáculo para medrar en la degenerada cucaña norteamericana. Quizás la Harris sólo sea un oportuno “sparrring” para cubrir el expediente salvo que se pueda recurrir a otro salvador probable pucherazo. La situación del Partido Demócrata como en general de la izquierda globalista woke no deja de se calamitosa en cuanto a la categoría moral e intelectual de sus actuales candidatos. Ahora bien, si el carcamal no está ya para aguantar campañas, tampoco debería estarlo para seguir ocupando hasta enero la presidencia del imperio en una situación internacional muy complicada y en riesgo de aún agravarse más. Y debiera dimitir como presidente.
Pero, ¿cómo se ha podido caer tan bajo?
Siendo sinceros el mal es general en el degradado panorama de la semi arrumbada civilización occidental. No hay más que ver a los Macron, Sánchez, Von Leyen, Trudeau, Zelensky, Scholz, Lula, Seinbaum, Starmer… o posibles recambios como Feijoo para echarse a temblar.
La causa es la misma, y viene de antes, el sistema político llamado democrático tanto en su versión parlamentaria como presidencialista, en realidad encubre el verdadero poder, la plutocracia escondida que hace y deshace colocando títeres mercenarios subalternos, mejor si son chantajeables. Una especie de manijeros del cortijo para poner orden y explotar la finca. La partitocracia como máscara o guiñol de la plutocracia. Desde tal punto de vista caben muchas especulaciones cuyo grado de verosimilitud ya iremos viendo. Una de ellas es que, decidida a mantener el NOM y el dólar a toda costa, no habría habido tanta improvisación sino que la plutocracia quiere recurrir al pucherazo para conseguir sus fines y daría igual quien se presentase por parte de los demócratas, como si es otro caballo nombrado senador igual que el de Calígula. En todo caso, la pareja de Obama, aunque similar a la Harris parece tener más opciones sin trampas que la vicepresidente.
Rudolf Rocker lo explicaba así en su Nacionalismo y cultura hace ya casi un siglo:
“Nuestro actual sistema económico no tiene tampoco una vena nacional, como no la tuvo el sistema económico del pasado y la economía en general. Lo que aquí se ha dicho del moderno capitalismo de la industria puede decirse también de las operaciones del capital comercial y bancario. Sus representante y usufructuarios se sienten seguros, traman guerras y organizan revoluciones cuando les parece conveniente; dan a la moderna política las necesarias consignas que han de encubrir con el velo engañoso de ideas confusionistas la cruel insaciable avidez de ciertas pequeñas minorías. Por medio de una prensa venal y sin rubor ante la mentira, modifican y crean la llamada opinión pública y pisotean con cinismo frío y calculador todos los mandamientos de la humanidad y de la moral social; en un apalabra hacen del medro personal el punto de partida de todas las consideraciones, estando siempre prontos a sacrificar a este Moloch el bienestar de la Humanidad.”
El antiguo texto parece estar describiendo el posterior desarrollo de la política norteamericana, extendido urbi et orbi a la periferia de países subordinados. Lo de Trump, de ser sincero, pudiera interpretarse como un canto de cisne del interés nacional de la sociedad norteamericana como objetivo de la acción política oficial, no de los intereses bastardos ocultos o los de Israel a los que se viene doblegando desde el presidente Eisenhower, acaso con la excepción del asesinado JFK que desgraciadamente no tuvo tanta suerte como Trump hace unos días. Un atentado paradójico desde luego, de no tener clave oculta porque los autores de la conspiración dispararon contra Trump pero se han terminado cargando a Biden.
Pero llama la atención y no deja de tener mérito la habilidad de los partidos zurdos mediante la colaboración de los corrompidos medios de manipulación de masas para hacer tragar al populacho políticas devastadoras o absurdas que no van solo contra los supuestos principios defendidos por la izquierda sino incluso para la estabilidad o sostenibilidad, como se dice ahora, de la sociedad.
Y en la periferia del imperio, a verlas venir, haciendo cábalas qué nos puede resultar menos malo. Aquí, como en el último medio siglo especulando con que los tejemanejes imperiales puedan ocasionar algún cambio favorable de puro rebote, dada la demostrada incompetencia de las instituciones borbónicas para procurar la prosperidad ni defender tan siquiera a la nación de sus enemigos externos e internos.
El otro día leímos,que es la eterna lucha entre los Rostchild y los Rockefeller.
Y que las trece familias venecianas se reinstalaron en Londres,donde estas familias bancarias administran sus grandes fortunas.
Dicen que se van a repartir Europa entre estas familias que son mallormente aristocráticas.Nosotros ya no podemos hacer nada para evitarlo.
Y eso que familia real británica,ya no es tan rica como era,tras expoliar sus colonias,ahora está el Rey de Marruecos en el top de superricos,y como las familias árabes los verdaderos Reyes Merlines que viven en palacios inimaginables llenos de oro,mientras nos siguen hablando de las baratijas de Tutan Khamon,y de una arqueología que no existe ni existirá.
Y todo por qué los Rockefeller renunciaron a los inventos de Nicola Tesla de energía libre y universal,por qué en aquella época eran los dueños del petróleo…hasta que los árabes se hicieron los amos.