jueves, noviembre 21, 2024
InicioPoliticaRetrasados

Retrasados

Por Ana Tidae

Hay una escena de la película Desafío Total en la que un tipo atemorizado intenta convencer al desconcertado y agresivo protagonista de que no es una persona real, sino un producto de su imaginación, y que si en su delirio le dispara producirá un grave cortocircuito fatal en su propia mente. En esas que el personaje confuso, Schwarzenegger, ve rodar en el sujeto unas gotas de sudor frío, y despejando cualquier duda sobre lo que es real y lo que no, le pega un tiro nada imaginativo.  

Tanta información no verbal como en esas gotas de sudor pude encontrar en el debate de candidatos, ese acto telonero del teatro electoral, de las eyecciones generales de 2018, esas que Sánchez había prometido realizar de forma inmediata al poco de darle la poción de censura al anterior presidente de paja que teníamos, pero que luego retrasó cuanto quiso. Sólo lo vi a trompicones, pues aborrezco el circo pseudopolítico, pero lo suficiente para tener muy claro quién iba a “ganar”. Que ganó el que perdió el debate, según todas las encuestas realizadas por la prensa al día siguiente, la cual vive y transmite la política con la misma trascendencia que le pone a Masterchef, es decir, puro entretenimiento fútil. En efecto, el sujeto que perdió el debate a ojos del público se pasó el rato –los fragmentos que vi- con una sonrisita triunfal y chulesca, soltando algunos tópicos prefabricados, moviendo papeles distraídamente y hasta permitiéndose el lujo de no contestar, nada, cero palabras, a preguntas directas que le hacían los otros candidatos de cartón. La información se desprendía a borbotones: ese individuo sabía que iba a tiro hecho. Que sí, o sí, o también, iba “a ganar”. Muy sonriente, como Zapatero cuando auguró aquello de “habrá sorpresas”. O como cuando al tomar posesión proclamó enseguida que “estaremos hasta 2030”, o que “las ‘derechas’ nunca volverán a gobernar”.

En aquel contexto resultaba muy poco creíble que el resultado de las urnas fuese el que salió. No cuadraba ni con el rechazo de la mayoría de la población española sentía por el recientísimo golpe catalanista, al que la gran mayoría de la prensa que ahora llama con toda naturalidad golpismo y a sus protagonistas golpistas y delincuentes por aquel entonces sólo lo llamaba “desafío soberanista” u “órdago independentista”, ni con el amoral plumero frentepopulista mostrado por Sánchez antes, durante, y sobre todo después de la teatralizada moción de censura. Tampoco cuadraba en absoluto la comparación de las elecciones autonómicas andaluzas y catalanas con las generales. Ni el palpable entusiasmo popular, resistente a la agresiva mátrix mediática,  con el partido VOX y los resultados que obtuvo. Unos poquísimos gatos expresamos nuestras serias sospechas de que había un amaño como los que, es  vox populi, sucedían en Venezuela o Bolivia. Salvo esos cuatro gatos, de los que apenas uno y medio se pusieron manos a la obra para pasar de los dichos a los hechos (Elecciones Transparentes, Pilar Baselga), la mayoría de la gente descartó la simple insinuación. “Conspiranoicos”. “Eso es imposible”. “Cómo van a hacer eso” (como si no tuvieran suficientes demostraciones de la nula ética de los políticos y los lobbies) “¡Qué mal perder!” (como si estuviéramos jugando o fuéramos forofos de algo). Recuerdo el caso de un comunicador que ahora es uno de los predilectos de lo que llaman disidencia a falta de otro nombre mejor, al que alguien le preguntó en su propia web: “don César, ¿qué opina de lo que dicen algunos de que ha habido pucherazo?”.  Su respuesta: “puro delirio”.

Pero llegó el 2020, con el proceso electoral más escandalosamente trucado de la historia mundial, con sus abudantísimas pruebas (fallecidos votando, gente que votaba en varios sitios distintos, infinidad de vídeos de individuos destruyendo y escondiendo papeletas, o sacando bolsas enteras furtivamente para añadirlas, personal  tapiando con maderas las ventanas y cerrando por dentro la sala de recuento, miles de papeletas para Trump esparcidas por el campo o en contenedores de basura, despiporre de voto por correo, personas pasando varias veces el mismo lote por un lector, gente grabada tirando sacas a la basura, personas rellenando pilas enteras de papeletas, oportunos cortes de luz y comunicación tras los cuales la gráfica de Biden daba un imposible salto vertical, accesos indebidos desde Colonia y Barcelona, expertos informáticos demostrando fehacientemente cómo entrar en las máquinas Dominion,  uno de los mejores matemáticos del mundo hallando algoritmos, y un innumerable etcétera). Varias personas pusieron toda su energía en compilar las pruebas. Mike Lindell, un empresario surgido de sus propias cenizas y hoy con su empresa boicoteada, Peter Navarro autor de un informe minucioso y hoy encarcelado , o el periodista Dinesh D’Souza y su libro y documental 2000 mulas. Todo ello vilipendiado y “desmentido” por  gugol y sus orwellianas páginas destacadas, que en el caso de D’Souza se aferran con bombo y platillo a un único caso erróneo para descalificar el conjunto del trabajo.

Así que ante la obscena explosión de fraude, fanatismo y corrupción en los Estados Podridos de Wokemérica , el cada vez más chirriante panorama español, y la creciente noción de ciertos hilos de tramoya, algunos de esos que iban retrasados en lo de comprender el verdadero alcance de la degradación de los regímenes occidentales empezaron a temer que no hubiera nada de descabellado en la idea de que las elecciones se amañan como en eso que ellos llaman altivamente repúblicas bananeras, como algo de un universo paralelo. Un retraso -en el tiempo- como el de esos rezagados que sospecharon tras un año de pandemia mortal que les estaban tomando el pelo. 

 Personalmente  considero las elecciones amañadas de siempre, ya que el fraude empieza por la propia manipulación informativa y mediática, los programas electorales que son publicidad engañosa , el adoctrinamiento escolar, el sabotaje de charlas y mítines enviando a los preceptivos perros rabiosos, las coaliciones postelectorales, los “cordones democráticos” o “sanitarios”, que son insanos y totalmente antidemocráticos en cuanto se realizan contra personas votadas por una parte del demos, etc. El empeño de Alvise en esta última convocatoria nos ha permitido observar más tretas del sistema para intentar blindarse en cualquier fase y hacer placajes de rugby.  En lo que se refiere a la votación pura, Venezuela nos mostró que la imaginación pucheril es inagotable, con anomalías en el censo, oportunos cortes de luz, comunicación y  vías en los barrios en los que se presupone que se va a votar “mal”, al estilo del tren de Valencia a Madrid averiado en el tórrido día veraniego de elecciones en 2023, etc. 

Aquí mucha gente alberga esperanzas con el empeño de tenaces españoles en exigir el recuento de actas y el cotejo del papel con lo digital. Y probablemente demuestre cosas turbias. Desgraciadamente hay  una montaña de triquiñuelas anteriores a las actas que las mentes tramposas tienen implementadas para manipular las cifras de la “democracia” y lo que llaman demagógica y falazmente “la voluntad popular expresada en las urnas”. Desde todas esas nacionalidades regaladas a distancia a personas que nunca han puesto un pie en nuestro país, aunque quién sabe si estarán mágicamente empadronadas y censadas en él, o esas otras ciudadanías regaladas de forma exprés, o esos sobres de correos que nadie vigila, papeletas deterioradas o fallecidos que envían sus votos, por no mencionar los casos, demostrados, de compra directa de votos o su canje por ciertos pagos en especie. O el voto táctico del expansionista del sur a través de su quinta columna. La podredumbre es tan profunda, tan extensa y tan global, que si casi cuatro años después de las elecciones hediondas de Estados Unidos, con ejércitos de luchadores algunos de ellos muy poderosos, nada ha sido restituido ni presentado al dormido rebaño, pocas probabilidades habrá en un viejo país europeo y endémicamente corrompido de lograr algo mucho mejor. Lo que no significa que haya que renunciar a luchar contra las trampas, la mentira y la dictadura de tan sucios personajes. Se está escribiendo la historia real, en tiempo real. Que conste en acta. Todo.

EsDiestro
Es Diestro. Opinión en Libertad
Artículo relacionados

6 COMENTARIOS

  1. Y la mayoría de los borregos siguen siéndolo tan contentos, aunque le expongas en una pizarra el como les están mintiendo a su puta cara, pero nada, ellos siguen pensando, bueno si saben lo que es eso, que las televisiones son la realidad y que los políticos les quieren mucho muchísimo y la nubes son de algodón de azúcar.
    El día que se den cuenta de que les han estado estafando, ya estaremos el resto para decirles ¿No te lo dije gilipollas?, o no, por habernos largado del país.

    • El día que se den cuenta se liara una buena pero os va a dar igual iros al mnos que te vayas a una isla desierta se va a liar en todos los paises. Ya falta poco entre 2024-2025 la cosa ya estalla porque es de pura matematica y fisica como esta gente no haga Justicia real aunque van a tratar de hacer falsa Justicia no les va a servir.

  2. En la ley electoral española,se dice algo sobre usar Indra,Dominion o Scytel?…no.

    Entonces por qué la usan?,además de ser máquinas que no se inventaron para esta finalidad…algo así como un PCR para recuento electoral.

    No importa estamos en España,aquí todo es de mentira…menos la corrupción.

    Hay tres mujeres bendecidas por la Diosa Fortuna en España,que nos cuestan a los españoles anualmente más de 1500 millones mes de euros.

    Una es la puta ordinaria de Letizia Ortiz,que vive en N.Y. con sus chulos a costa de los españoles,por mantener una Casa Real donde todo lo que muestran es mentira,Felipe es Maricon y tiene varios amantes

    La otra es la deficiente mental de Irene Montero,y su Ministerio que nos cuesta 750 millones nes de euros o más,y que ahora busca Mansión en Bruselas.

    Y la tercera es Begoña Díaz,una infame mujerzuela,que por ser la esposa y puta de P.Sanchez,reparte anualmente casi mil millones de euros,entre proxenetas,chulos putas y traficantes.

    Y un hombre:Carles Puigdemond que vive a tutiplen en Mansiones de lujo.

  3. Hoy será el plato fuerte del enfrentamiento electoral entre esta gentuza globalista y la minúscula pero potente oposición crítica en los escrutinios generales provinciales. Dios asista a los goyim españoles

DEJA UNA RESPUESTA

Por favor ingrese su comentario!
Por favor ingrese su nombre aquí

Entradas recientes

Comments