- Francisco José Fernández-Cruz Sequera fue militar y agente del Grupo Antiterrorista Rural (GAR) de la Guardia Civil. Actualmente ejerce como abogado penalista en Madrid y es experto en geopolítica, materia de la que tiene su propio canal de youtube, que sufre continua censura, a causa de la certeza, agudeza e inconveniencia de sus análisis. Recomiendo vivamente su visita a las almas y mentes inquietas y ávidas de una voz inteligente, erudita y elocuente.
https://www.youtube.com/channel/UCMOZqACLxqWHUYOjwhmqhNg
Entre los temas que toca en su canal se encuentra el siempre polémico sistema electoral español, perpetrado en la Ley de Régimen Electoral General (LOREG), que es la madre de todas las estafas.
Resumo el asunto, pero adjunto enlace al informe escrito por él en 2015, de rabiosa actualidad porque no ha cambiado nada, y que explica magistralmente cómo se perpetúa desde 1978 este régimen fraudulento y antidemocrático.
Muchos parroquianos saben que IU estuvo siempre subrepresentada en el Congreso, respecto al número de votos que tenía en toda España, mientras los partidos nacionalistas, con infinitos menos votos, tenían los mismos o más diputados. Pero como muy pocos saben la verdadera razón de esto, llegó el momento de explicarlo.
El meollo nace en la división en circunscripciones electorales, que en las elecciones generales coinciden con las 50 provincias. A todas se les asignan, independientemente de su población, 2 escaños mínimos fijos (más uno a Ceuta y otro a Melilla), lo que supone que 102, del total de 350 escaños, ya están repartidos de antemano en exclusiva entre los partidos mayoritarios. Los 248 restantes se reparten entre todas las provincias, en razón de su población. No obstante, la mayoría de las provincias sólo tienen esos dos diputados (p. ej. Teruel o Soria no alcanzan a 40.000 habitantes), o muy pocos más. En ellas sólo los partidos mayoritarios alcanzan representación, de modo que todo voto dirigido a otras opciones está literalmente tirado a la basura. Esto garantiza al PP y al PSOE unos 30 escaños a cada uno, por encima de los que les corresponderían de modo legítimo, y a los partidos nacionalistas, con fuerte implantación en un área muy pequeña, representación muy por encima del número real de votantes.
Este sistema, impuesto de modo consciente y deliberado en 1978, garantiza que los dos partidos mayoritarios, con o sin los nacionalistas (que también se benefician de este fraude), tendrán siempre mayoría absoluta para impedir su modificación.
Por eso las opciones políticas minoritarias saben que sólo tienen posibilidad de obtener algún escaso escaño en las pocas provincias que eligen 7 o más diputados, como Madrid, Valencia o Sevilla.
Las alternativas que se suelen barajar para resolver este problema son dos:
- Reducir el tamaño de las circunscripciones, de modo que todas sean iguales –o casi- y elijan un solo diputado cada una.
- Ampliar el tamaño de las circunscripciones y con ellas el número de diputados a elegir, de modo que en todas tenga alguna probabilidad de obtener escaño un partido no mayoritario.
La primera opción agrava el problema del bipartidismo, ya que en cada circunscripción sólo sale elegido el candidato más votado, reduciendo a la nada las probabilidades de cualquier otro. Es lo que ocurre en Gran Bretaña, donde el pluralismo de la Cámara de los Comunes es el mínimo necesario para fingir que existe.
La segunda opción sólo tiene el problema de la servidumbre de los diputados al partido al que pertenecen (lo mismo que ahora), que se puede resolver con implantar el voto secreto en las Cortes, de modo los partidos no puedan fiscalizar el voto de sus diputados.
Porque la fiscalización actual viola la prohibición constitucional del mandato imperativo, que convierte en nulas todas las decisiones parlamentarias de los últimos 45 años. Pero a este espino asunto nadie quiere meterle el diente.
La esperanza es lo último que se pierde, pero me queda muy poca de ver un cambio en este sistema podrido hasta la médula.
Y ahora usted ya sabe por qué en Españistán hay siempre fraude electoral, aunque se cumpla la ley.
El fraude es amplio, lo abarca todo. Empezó con la constitución, que se redactó, en certeras palabras de alguno, con la pistola de ETA en la nuca. Ahora sabemos lo que siempre sospechamos, aunque fuésemos aún niños y no nos cuadrase que una exigua minoría troglodita de un rinconcito tuviese en jaque a todo un país y que se hablase de «naciones históricas» sin mencionar Aragón, Castilla, o León: que la pistola de eta era realmente la pistola subrogada de Kissinger, como ISIS y Hamas lo son de los Clinton, y que además comparten ‘ethos’ con la «burguesía catalana» que fue la que cortó el bacalao.
Además los reyes de la perfidia se anticipan a casi todo, por eso inventan oportunamente cebos para borregos que optimizan su dominio parlamentario como Teruel existe, Soria ya, «la España vaciada», y un proyecto equivalente que tienen por Extremadura y otros sitios para ir absorbiendo a los primeros pringadetes que vayan medio despertando. Con cada uno de estos cebos van ganando otros cuatro añitos para su pacientísimo proyecto supremacista apátrida-ubicuo.
* o Asturias, o Valencia, o … en fin, no hay un solo palmo de la Península Ibérica que no sea «histórico». Menudo sapo se tragaron los españoles en 1978.
en el 78 y ahora mismo tambien Imperdible este fraude con royuela y este video antiguo que muestra miguel celades
los topòs de royuela en NOSTRA TV
El Parlamento de la cámara baja o Cortes Españolas se define como una cámara nacional no territorial y el Senado como una cámara territorial. Eso es una mentira fuertemente distorsionadora y generadora de desigualdad de los españoles (algo inconstiutucional) a la hora de elegir representantes. Al Senado van los votos de los españoles territorializados en 17 autonomías. A las cortes deberían de ir los votos procedentes de un distrito único (España) pero no es así: van divididos nada menos que en 52 distritos. Esto distorsiona muchísimo el voto y genera enormes desigualdades entre el potencial del voto entre los españoles y en la ratio votos/diputado. Además, salen claramente gananciosos los partidos estatales grandes frente a los pequeños (que en conjunto suelen necesitar un mínimo de unos 550.000 votos para sacar su primer diputado). Es así por:
Primero. Porque impone un mínimo de 2 diputados por distrito y eso provoca que la relación votos/diputado sea muy inferior en las provincias menos pobladas que en las grandes, dándose el caso que el voto de un solo soriano tiene el mismo valor que el de 6 o 7 madrileños juntos, ilegalidad monstruosa.
Segundo. Porque para obtener diputado en cada distrito los partidos deben superar un 3% de los votos del distrito (bastante superior al equivalente a un diputado de los partidos grandes en ese distrito).
Tercero. Porque la Ley d’Hont se aplica nada menos que 52 veces y sus numerosos «restos» (que no superan el umbral provincial para obtener el 3%) “se pierden” incluso aunque en conjunto pudieran sumar para varios diputados de partido pequeño estatal. Este problema afecta poco a los partidos regionalistas e independentistas porque al estar muy concentrados en uno o pocos distritos superan ampliamente el 3% los umbrales y pierden pocos votos.
Cuarto. Porque los distritos rurales (sobrerrepresentados en votos/diputado) son muy rurales y tradicionalmente más conservador que los urbanos
No me cabe duda que este sistema electoral fue “diseñado” a posta para ser bipartidista y tensionador de la unidad territorial de España, algo favorecedor de los fines de las mismas élites que hoy lideran el Globalismo e impuesto aquí vía masonería.
FIRMA LECHE FIRMA QUE NO FIRMAMOS NADA.
EL FRAUDE PRINCIPAL ES ESE QUE NO FIRMAS NADA.
Hay que estar zumbado para pensar que el mero hecho de echar papeles en una papelera otorgue poder a alguien pero muy mal de la cabeza.
Además de que sobran partidos políticos que lastran la economía y son completamente inútiles incluso dañinos para el Estado…es de todos sabidos que la Monarquía Parlamentaria creo la Partitocracia,y por eso no estamos en democracia.
Está pseudodemocracia demuestra que los dos únicos partidos más o menos históricos y obsoletos,cumplen la función de poder hacer corrupción política con la esperanza de que lo que roben a todos sea repartido entre muchos,como en una tómbola.
Y por ello nos reafirmamos en el ideal político de la Falange,que Alvise Pérez dice que era socialista y eso es una mentira como una casa,la Falange no quería partidos políticos sino una Gobernación única y central y una serie de sindicatos honestos y útiles.
Más difícil y más evidente es lo que ocurre en los EEUU,donde poner de acuerdo a millones y millones de personas es casi imposible y donde los fraudes se realizan con miles de medios diferentes.
Hay que Recordar los cyber ataques de China y votos falsos emitidos por países extranjeros,aquí en España también,dirigidos todos por la familia Soros.Es decir que es un tema bien difícil de solucionar.
Ahora nos enfrentaremos a nuevos restos…la Unión de Latinoamérica con España?,algo que ya está como propuesta sobre la mesa.