viernes, noviembre 22, 2024
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Extrañas palabras

Artículo de Alfonso de la Vega

Sabemos que es maña de políticos mantener cierto aire de benevolencia, de manera que para gente educada de buena familia como es la pizpireta jueza en excedencia resulta más fácil una acción innoble que una descortesía. Pero la cosa ha ido más allá de lo esperable. La ministra de Defensa en momento solemne como es la arenga patriótica el día de la Pascua militar y en el propio Palacio Real ha dedicado unas palabras de rara lisonja a la más probada libertina que virtuosa reina consorte:

«Quiero agradecer muy especialmente a Su Majestad la Reina su diaria entrega y voluntad de servicio«

¿Entrega? , ¿Servicio?

Perplejidad total entre los numerosos cortesanos asistentes: decía Cervantes por boca del licenciado Vidriera que “yo no soy bueno para palacio porque tengo vergüenza y no sé lisonjear”. Pero, ¿a qué viene ahora confesión tan inoportuna?

Continúa Cervantes intentando aclararlo:

La honra del amo descubre la del criado. Según esto, mira a quién sirves y verás cuán honrado eres: mozos sois vosotros de la más ruin canalla que sustenta la tierra…. Todos los mozos de mulas tienen su punta de rufianes, su punta de cacos, y su es no es de truhanes. «

Pero, si es buena moza de mulas ¿a qué la lisonja? O es al revés ¿acaso la moza de mulas sirviente a los amos es la otra? Veremos…

Acertó a pasar una vez por donde él estaba un comediante vestido como un príncipe,… porque hay muchos comediantes que son muy bien nacidos y hijosdalgo.

-Así será verdad -replicó Vidriera-, pero lo que menos ha menester la farsa es personas bien nacidas; galanes sí, gentileshombres y de espeditas lenguas”.

 “Decía que había sido opinión de un amigo suyo que el que servía a una comedianta, en sola una servía a muchas damas juntas, como era a una reina, a una ninfa, a una diosa, a una fregona, a una pastora, y muchas veces caía la suerte en que serviese en ella a un paje y a un lacayo: que todas estas y más figuras suele hacer una farsanta.”

El feminismo no queda muy bien parado desde luego, pero eso ya es cosa sabida entre gente inteligente o avisada.

Seguro que tampoco tenga nada que ver con un piropo debido a los gustos eróticos de la ministra. Aunque puede ser que se descubra que muy otra sea la trama de la intriga.

“¡Oh Corte, que alargas las esperanzas de los atrevidos pretendientes, y acortas las de los virtuosos encogidos, sustentas abundantemente a los truhanes desvergonzados y matas de hambre a los discretos vergonzosos!

Esto dijo y se fue a Flandes, donde la vida que había comenzado a eternizar por las letras la acabó de eternizar por las armas, en compañía de su buen amigo el capitán Valdivia, dejando fama en su muerte de prudente y valentísimo soldado.

En aquellos gloriosos tiempos de la milicia española no existían mortales artefactos del maligno enemigo como la OTAN ni se combatía para granjería ajena. Bueno, lo último tampoco está tan claro.

No parece que la audaz ministra lisonjeadora desertora de la toga pueda calificarse de valentísima soldado, sin embargo tiene bien ganada fama de trepa vendepatrias. Raro es, incluso en esta desatinada Corte, el fenómeno de una escribana jueza que pudiendo comer caliente todos los días se convierta en vocacional vendedora de telas invisibles.

Pero, ¿y si la inopinada lisonja en realidad es un aviso de navegantes?

La labor de la consorte encaja la perfección en la causa del moderno socialismo.  La devastación de la nación y del prestigio de las instituciones. La hipocresía egoísta disfrazada de la más pía filantropía que envuelve la entropía. El sabotaje de la familia tradicional, la siembra de la discordia, la cruel burla de la fidelidad conyugal, la mentira, la deslealtad y el fraude como forma habitual de relación. Su trabajo resulta de un valor y eficacia extraordinarios.

Sin embargo, las palabras de la jueza metida a militara, ¿son un agradecimiento póstumo por los servicios prestados a la causa devastadora socialista?  O al revés, ¿la promesa de ayudarla en el remate final de su obra de demolición?

Pero, tranquilidad, no pasa nada: el jefe supremo de las Fuerzas Armadas y la intrépida cadete acompañados por la presunta adúltera consorte fueron en comandita y el mismo coche a comer el tradicional roscón a casa del suegro del primero. El Rey celebra su cumpleaños en la Costa de los Piratas y doña Sofía se ha marchado a Grecia para el funeral aniversario de Constantino.

Los cuerdos huyen del reino y sus sermones de advertencia no son escuchados, de modo que atentos al toque de retreta.

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