Ya nos parece hasta mentira que la censura en España haya llegado hasta le punto al que ha llegado. Además, ha llegado, curiosamente, por parte de aquellos que van por la vida de demócratas, de defender las libertades y esa Constitución que nos ha «librado» de las «garras» de Francisco Franco, época en la que, curiosamente, se vivía mucho mejor que ahora en todos los sentidos.
Pero a pesar de esa maravillosa Constitución, a pesar de tantas «libertades» como las que disfrutamos, resulta que cuando alguien acude a cualquier cine de cualquier ciudad a proyectar un documental en el que se cuente la verdad de lo que está pasando, tiene problemas con los dueños de las salas, ya que tienen «miedo» a que se ataquen las «bondades» de la Agenda 2030.
Eso es lo que le ha pasado a Miguel Rix en Santander. Salas que primero dicen que sí y después que no. Salas que intentan tumbar contratos a última hora. Gente con miedo de emitir «YERMA 2030 La España vaciLada» por si después sufren algún tipo de represalia fiscal en esta España en la que las libertades brillan, pero por su ausencia.
Ayer el documental fue proyectado en una sala de Santander. A esa proyección acudieron Michael Boor y Lobo Estepario y esto contaban en un vídeo, cuando salieron del cine. ¿Libertades?