Estamos hablando de uno de los grandes clásicos de todos los tiempos, pese a que parece que pedirle un permiso especial a Estrabón o a Shakespeare para ser un clásico. Sin embargo, este tipo de historias más actuales pueden conectar mejor con una juventud que está más desnortada que nunca y más necesitada que nunca de valores y de historias inspiradoras.
El propio escritor Nacho García Álvarez, autor de El círculo desnudo, confesaba haber sentido una gran atracción por esta historia que lo pilló en un momento muy concreto de su vida.
Nacho García Álvarez y Michael Boor comentan la película y el libro de El club de la lucha
Andaba yo muy desnortado por entonces, con mis diecinueve años y en una villa tan violenta como es Santoña, aunque no lo parezca, cuando este libro cayó en mis manos. La película también es magnífica. Encontraremos grandes enseñanzas y frases que nos harán pensar muchísimo sobre en el sentido de la vida y sobre lo que hacemos cada día por nosotros mismos y nuestra sociedad. Realmente no se trata de una película de acción o de peleas: lo de la lucha es anecdótico en cuanto a que los personajes que se desenvuelven en la trama están luchando simplemente por ser ellos mismos. Y encuentran la inspiración del protagonista, encarnado en la película por Edward Norton, que es el típico joven que está realmente quemado con su vida y quiere mucho más de lo que tiene en aspecto mucho más espiritual y filosófico. Sin embargo, en un arrebato de locura y fascinación por la violencia, en un momento dado, dejan de seguir las indicaciones de un líder que realmente no los ha llevado por ese camino de destrucción, pero que ha perdido las riendas de este grupo cada vez más numeroso y peligroso.
También éste que os habla, Michael Boor, ha encontrado en esta historia una inspiración desde que se encontró con la película hace mucho tiempo.
Siempre me sentí muy identificado con el protagonista, aunque no somos exactamente iguales ni mucho menos. Pero esa dualidad entre querer adaptarse a un mundo que en realidad no es el tuyo, mientras intentas cambiar las cosas de tu entorno y del de los demás, a mí me sonaba mucho. Y ahora que he vuelto a revisar algunas de las escenas que más me gustan me he encontrado con esa mítica situación en la cual uno de los miembros del Club de la Lucha recibe un disparo en la cabeza mientras escapaba de la policía. Realmente me recuerda mucho a lo que está pasando ahora en Ferraz y a los consejos que yo estoy intentando dar a la gente que se está animando a usar la violencia.
¿Es realmente una historia que puede inspirar para mejor a los jóvenes?
Los dos autores hemos hablado mucho sobre los temas cruzados que se relacionan con la historia de El club de la lucha. ¿Es realmente una historia que puede inspirar para mejor a los jóvenes?
Definitivamente, sí, dice Nacho. A mí me vino muy bien para centrar un poco más esos impulsos que tienes cuando eres joven o no tan joven y de repente te sientes tentado por cosas que pueden ser malas, como las drogas o la violencia. Se trata de una historia divertida y dinámica que nos muestra ese inconformismo que tenemos muchas veces cuando pasamos por crisis existenciales o cuando somos jóvenes. Cuando buscamos nuestro lugar en la sociedad o nos preguntamos, directamente, si somos acaso parte de esa sociedad que en realidad nos cuestiona lo que hacemos y lo que somos y a menudo nos rechaza.
Para mí, por mi parte, esa rebelión del protagonista contra los estándares de vestimenta en el trabajo no me puede representar más. Esa disciplina que a veces es absurda y que quiere igualarnos a todos en unos estándares, como si fuéramos robots. Es que la película es un ataque directo al modo de vida post industrial que estamos viviendo, con unas relaciones humanas que cada vez son más difíciles o que son inexistentes. Y uno de los personajes en los que no reparamos a menudo y que a mí me parece espectacular es el de Marla, la chica con la que el protagonista mantiene una extraña relación y durante toda la historia.
La verdad que vemos un montón de personas desarraigadas que se acaban juntando
Es una chica que representa muy bien la soledad de este mundo moderno, que ha fijado como objetivo el replanteamiento total de las relaciones, incluso a nivel familiar. Sobre todo, a nivel familiar. Y es la típica mujer un poco desnortada, que se ve que ha tenido un pasado difícil y que no acaba de acomodarse a su presente. Sola en el mundo y presa de vicios que la llevan a intentos de suicidio. Pero es que el propio personaje no está realmente muy estable eres incapaz de dormir bien o de evitar las constantes alucinaciones que marcarán toda la historia hasta llegar a un final surrealista total.
La verdad que vemos un montón de personas desarraigadas que se acaban juntando en una casa abandonada para en una especie de comuna hippie que en realidad tiene muy poco de hippie. Gente más o menos joven que adopta un modo de vida militarista y revolucionario, que busca la disciplina y la aceptación de un grupo, pero también un ideal que dé sentido a sus vidas de m*.