España cada vez da más pena y vergüenza ajena. La clase política hace lo que quiere, como quiere y cuando quiere y, lejos de dar algún tipo de explicación y de tener responsabilidad de sus actos, pasan por la vida tan tranquilos, a pesar de haber cometido aberraciones, como las cometidas por un tipo llamado Salvador Illa, el enterrador.
Y es que ahora parece que no hubiera ocurrido nunca para muchos, pero Salvador illa tiene el dudoso honor de haber sido el ministro de Sanidad en una de las épocas más oscuras de la historia de España: del 13 de enero de 2020 al 27 de enero de 2021. Correcto, farsemia, encierros ilegales y justo en el comienzo del envenenamiento masivo, se le premió nombrándole candidato del PSC a la presidencia de la Generalidad de Cataluña.
Imaginen dónde estaría cualquiera de ustedes con un currículum como ese: llevarían ya un tiempo entre rejas.
Pero Salvador Illa no. Lejos de todo eso, este personaje sigue yendo por el mundo como si no hubiera roto un plato nunca y lo que es peor, nadie le pide explicaciones. Observen lo que dice en este tuit y las respuestas que recibe. Todo respuestas políticas, nadie le recuerda a este enterrador lo que ha hecho.
¿Hacia dónde puede ir un país con este nivel? Hacia ningún sitio bueno, como comprenderán. Qué pena España. Qué auténtica pena.