Por Dany Eszel (Físico)
Dados los últimos movimientos en la estructura interna de VOX, se constata –como apunté en mi artículo anterior VOX y la cúpula del silencio– que hay dos vertientes en el partido, de las cuales una de ellas quiere continuar con el robo y el saqueo del Estado español y de los españoles iniciado en 1978; en definitiva, que nada cambie. Para entender lo que está pasando, hay que verlo como una guerra entre cefalópodos (estáblishment PP/PSOE) y calamares (los que el grupo de poder establecido denomina ultraconservadores), que pretenden controlar a España por distintos medios y diferentes intereses.
La primera de esas clases de cefalópodos –los del grupo téutido—, la más grande, por la que ahora tiene predilección el globalismo y alimentan desde el 2004, es la del socialismo, pues su ADN –y su epigenética— están perfectamente alineados con esta agenda, dado que el socialismo es sinónimo de caos, destrucción –Novus Ordo Seclorum—, y pillaje. Por eso han promocionado su principal marca, la PSOE –dejando ocho años de barbecho de Rajoy— y, por tanto, el primer contactado por el globalismo para la implementación de la Agenda 2030. Recordemos que el socialismo acostumbra a llegar al poder de manera un tanto irregular, valiéndose de actitudes aviesas, como el recuento de los votos, el censo y otras artimañas, sin descuidar las estrategias de propaganda de Goebbels dirigida a sus masas de votantes abducidos. Por medio del soborno y la compra de voluntades ha conseguido extender sus tentáculos de nepotismo a través de sindicatos, asociaciones, observatorios, direcciones, ministerios o judicaturas, durante 144 años, en España.
La laxitud tanto de AP como del PP desde el 1978 les ha permitido a lo largo de cuarenta años extender sus tentáculos de calamar creando una red clientelar de difícil –pero no imposible— desmantelamiento. La falsa oposición y ahora su versión cada vez menos descafeinada, esta especie de PSOE azul llamado Partido Popular, ha seguido sus pasos: se ha vendido al socialismo para recibir unos fondos más suculentos de parte de los que quieren implementar la misma Agenda 2030. La diferencia es que el PP solo acata estas directrices con el fin de asegurarse una cuota para colocar a los suyos; pero se podría decir que carecen de ideología. Sin embargo, el PSOE y sus seguidores –aunque algunos lo ignoren—tienen y han tenido siempre como objetivo destruir España; ese es su leitmotiv, disfrutan del proceso. Por eso es el partido más alineado con la Agenda 2030.
La segunda clase de cefalópodos, es la OctOpus Dei, a la vista de los movimientos en VOX, que ha asumido el papel de perdedor en las elecciones, para que todo siga igual, asegurando su parte del pastel de España. Esta segunda facción “mala” de VOX no estaría a favor de la Agenda 2030, pues va en contra de sus intereses empresariales y morales –que luego no cumplen en la intimidad—, sino a favor del estatismo, y habría parasitado a VOX para contrarrestar la oposición que antes podía hacer parasitando al PP, pero que ahora está completamente al servicio del globalismo, que le paga más.
Eso explicaría por qué desde VOX no piden el recuento electoral, ya que una buena parte de sus votantes no lo creen y les tacharían de antidemocráticos –el calamar con el que se bate es de los gigantes—; como tampoco creen desde su ingenuidad que necesitarían más representación, pues su nepotismo se limita a los de su credo: 16 de los 33 parlamentarios de VOX, además, son abogados y gente que tiene formación –el OctOpus sabe fichar bien—. De esta forma, creen que pueden controlar al socialismo lo suficiente para evitar esa implementación de la Agenda 2030, casos como Rumasa, o la posible intervención de los beneficios de su banca, por iniciativa sobre todo de su simbionte Sumar; en definitiva; lo que les afecte solo a ellos.
La prensa del estáblishment PP/PSOE esta vez no miente; intenta aprovechar esta purga de la facción del VOX liberal –gente que no milita en sectas—, para hundir más la credibilidad de VOX hacia sus votantes y que vuelvan al PSOE azul. Ya lo intentaron con la ahora globalista, Macarena, que o bien está neuromodulada a lo MK-Ultra o bien desde sus encuentros en la cárcel con Villarejo, fue atrapada desde las cloacas del PP/PSOE, para destruir a VOX –tanto la facción buena del partido por ser patriota, como la mala, la del OctOpus Dei— a cambio de unas prebendas como la promoción de un nuevo partido “Caminando juntos”. Conviene recordar que lo de “caminando juntos” lo dijo dos veces Patxi López en el debate electoral, lo que prueba que es una creación de ellos para destruir a VOX.
Lo que está claro después de la marcha de varios liberales, es que Abascal, no escucha a sus afiliados. La salida de Steegmann –la parte visible del globalismo que también parasitó a VOX en menor medida, que fue militante socialista y cuyo fin era destruir el partido desde dentro como vocero de las vacunas— fue por voluntad propia. Ya estaba amortizado, pero a la decisión final de renuncia –y es una buena noticia—, han contribuido los seguidores de VOX en redes sociales.
Abascal ya no dirige el partido; lo han parasitado y está condicionado a los intereses –incluidos de otros países—de quienes han regado su formación con subvenciones. Por tanto, no eran disidencia controlada, pues tardaron varios años en llegar al poder en Andalucía, a diferencia de Podemos que –creado por las cloacas— en menos de un año estaba en el Parlamento Europeo. Con la particularidad de que Abascal podría haber seguido en el PP ganando lo mismo como senador sin necesidad de crear un partido, con todo el trabajo que le ha supuesto. Ahora, Abascal, sin embargo, desde su silencio y su postura acomodaticia recuerda al del director del observatorio de Esperanza Aguirre, y no al Abascal del inicio de VOX, el Abascal que plantaba cara a ETA.
Nos queda a nivel político –la abstención no provoca ningún cambio— la esperanza de crear un nuevo partido, surgido de las bases de VOX, las cenizas de Cs, algunos dormidos del PP, y los exmilitantes arrepentidos de izquierdas, pero, sobre todo, gente que en definitiva les una el amor a España –como el proyecto de Inocente Duke— y la pesca de pulpos y calamares.
Qué buenísimo y certero análisis de la vergonzante pocilga política que tenemos en este país. Una triste repetición de la que tuvimos durante la guerra de Cuba y pérdida de Filipinas y la que repitieron antes del 36 (Y no defiendo alzamiento de Franco)….deben pensar que a la tercera va la vencida. Da gusto leer a personas tan objetivas y didácticas. Muchas gracias, Sr. Eszel.