Karl Lauterbach, Ministro de Salud de Alemania, es uno de esos políticos, de este lado globalista del mundo, con el que queda demostrado aquello de la cara es el espejo del alma. Con aspecto de cualquier cosa, menos de persona con una salud mental equilibrada, Lauterbach ha sido uno de los políticos que, a nivel mundial, ha tenido un comportamiento más miserable a lo largo de toda la farsemia.
Pero lo que ha publicado hoy mismo en su cuenta de Twitter ya llega a un punto que podríamos tachar de incalificable. Y es que, sabiendo lo que ya la mayoría sabemos sobre el brebaje experimental, leer a este tipejo estas cosas clama al cielo: «Italia, España y Alemania tuvieron la mayor cantidad de muertes por calor en 2022. Más de 8.000 muertos en Alemania, muchos evitables. Luego están los que quedan discapacitados después de convulsiones o accidentes relacionados con el calor. El problema finalmente se está haciendo público».
Por supuesto que muchas de esas muertes podrían haber sido evitables, ya que no tienen nada que ver con el calor. Y sí tienen que ver, y mucho, con el envenenamiento masivo que individuos como Lauterbach fomentaron en todo el mundo.
Ahora llegan y nos cuentan que no, que toda esa gente se muere por el calor, tratándonos ya a todos como si fuéramos completos imbéciles. Es decir, faltándonos al respecto, además de habernos hecho lo que nos han hecho.
Menuda fauna política más despreciable.
En España no muere casi nadie de calor salvo algún trabajador o excursionista despistado porque tenemos una larguísima tradición de saber protegernos, tenemos A/A en casi todas partes, a diferencia de Francia donde la canícula de 2003 hizo estragos porque no tenían escapatoria, y tenemos botijos.
Mienten, mienten y mienten.